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El Palacio Sangriento de Devil May Cry 5 es la mejor manera de volver al juego

Yendo al grano
Por Julián Plaza

Una de las posibles flaquezas de Devil May Cry 5, al menos en lo referente a su propuesta como juego de acción, es que el peso relativo de la historia es mayor que en anteriores entregas. Por mucho que el guion luego pueda resumirse en la portada del libro de V, o en su marcapáginas si me apuráis, al juego le gusta contarnos algo mediante unas cinemáticas y una narración fragmentada -que a la vez nos obliga a alternar entre tres personajes- que hacen que los cortes en el ritmo sean más comunes de lo habitual. Sin quererlo, Itsuno igual también ha sido un poco ‘cortarrollos’.

 

Es por eso que la llegada, como actualización gratuita además, del Palacio Sangriento supone una magnífica oportunidad para volver al juego. Esta novedad, recurrente en otras iteraciones de la saga, es la esencia de Devil May Cry reducida a su mínima expresión. Un escenario, combates contra distintos grupos de enemigos y la obligación de hacerlo lo mejor posible. Porque si pierdes se acabó; aquí no hay continuaciones ni puntos de control.

 

DMC

 

Lo que en esencia es un modo survival de toda la vida -pese a no serlo del todo porque tiene un final en el piso 101- es también el lugar idóneo para explorar a fondo toda la flexibilidad del combate, tanto de Nero como de Dante y V. A excepción del cazademonios, cada diez enfrentamientos llegas a una zona de descanso en la que retomar fuerzas y/o cambiar tus Devil Trigger si escogiste a Nero. La gracia es que solo hay dos de cada tipo, por lo que implícitamente se te pide que no dependas de un único brazo.

 

El otro elemento definitorio de este Palacio Sangriento es el tiempo. Es muy, muy importante ventilar cada refriega lo más rápido posible, porque también hay un contador en tu contra que irá restando segundos al global si tardas más de la cuenta. ¿Cómo evitarlo? Haciéndolo bien, o lo que es lo mismo: yendo a por una puntuación de S o superior. No basta con ir bajando pisos, también hay que avanzar sin dormirse en los laureles.

 

DMC

 

Como aliciente, decir también que este nuevo modo es una fuente buenísima para el farmeo de orbes rojos, algo francamente recomendable si tenemos en cuenta que, a efectos prácticos, hace falta pasarse el juego dos veces (o pagar, aunque me parece una tontería) para tener todas las habilidades desbloqueadas de los tres personajes. Hace unos días, volver a DMC 5 significaba pasar por el modo historia sí o sí, hoy también tenemos un arcade en el que machacar botones hasta que nos despachen. Poco más se puede pedir.


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