Echo de menos una segunda pantalla táctil en Pokémon Let's Go
Sorpresa, Pokémon Let's Go está siendo todo un éxito. Era algo esperado y ahora contrastado tras conocer sus 3 millones de copias vendidas en todo el mundo. El primer juego troncal de la serie para sobremesas y -no menos importante- el primero de Switch han sido una inyección tremenda para el catálogo de Nintendo. Aquí la palabra 'bienvenida' viene como anillo al dedo, todo está pensado en torno a la accesibilidad. Bueno, no todo.
Una de las cosas con las que más creo que había avanzado la serie a base de entregas era en la ergonomía de los menús, en los atajos que se habían ido añadiendo poco a poco y en lo útil que resulta tener una pantalla táctil para acelerar los comandos de los combates. Se ahorraban segundos gracias a un diseño depurado mejorado con cada generación que había alcanzado un muy buen estándar incluso antes del salto a 3DS.
Podías repetir el último ataque, volver a tirar el mismo tipo de Poké Ball que antes y, en general, la selección de relevos y movimientos era mucho más ágil. Aunque ahora se premie el control con un solo Joy-Con, en las portátiles clásicas de 'Ninty' ya te podías manejar prácticamente con el direccional y la táctil, con dos comandos. Let's Go retrocede hasta prácticamente las primeras ediciones, con una presentación tradicional y una pantalla táctil de Switch que existe para acumular polvo, que no se utiliza cuando más tendría sentido.
Es de esas cosas que cuestan de entender. Si algo le gusta a la Gran N es sacar partido de las funcionalidades de sus sistemas con sus exclusivos. Entiendo que el modo TV se tenga que quedar con el control analógico, pero se podría haber adaptado una interfaz táctil para el control portátil, aunque solo fuese durante los combates. No sé hasta qué punto es un quebradero de cabeza en términos de diseño, pero es tu consola y tu exclusivo, algo se podrá sacar y, si no, algo has hecho mal por el camino.
En cualquier caso hay que agradecer que la interfaz sea cero invasiva; Pokémon se ve como nunca. No se echa de menos la doble pantalla, solo su sistema de control. Puedo pasar otras muchas cosas de esta edición por eso de preocuparse más por abrazar a quienes vienen de Pokémon Go, pero me cuesta más cuando la cosa pasa a ser un atraso en términos de accesibilidad. Volver a donde se quedaron Sol y Luna ya es una cuenta pendiente de cara al año que viene.
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