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Dragon Fin Soup: Un indie que enamora

Carry On My Wayward Daughter
Por Rafa del Río

Lo reconozco, no soy muy amigo de los indies. Es más, odio usar esa terminología cuando en la mayor parte de los casos estamos hablando de profesionales con gran experiencia en el sector que se dedican a sacar juegos con un menor presupuesto -generalmente logrado vía financiación aprovechando su curriculo-. Y eso por no hablar de los juegos 'indies' que llegan directamente de los grandes estudios. 

 

Sin embargo, en ocasiones uno tiene que tragarse sus ideas y reconocer que a veces sí que hay un poco de orégano en el monte, y ese ha sido el caso de uno de los juegos de Playstation Plus de este mes que ayer me tuvo casi cinco horas pegado al mando en una de las maratones más divertidas que me he pegado en los últimos tiempos. 

 

 

Érase una vez...

Dragon Fin Soup es toda una alegría para aquellos que no confiamos demasiado en el desarrollo independiente. Tiene a sus espaldas a un estudio de cinco personas que, una vez más, cuenta con una experiencia profesional más que sobrada en el estudio Human Head o a cargo de juegos como League of Legends, Magic the Gathering y Aquanox, pero lejos de ser malo, esto les ha servido para volcarse en lo que realmente importa en un juego y abandonar el concepto del 'indie innovador'. 

 

Y es que, lo siento, odio profundamente todos esos juegos alternativos que cogen dos conceptos trillados, los mezclan, y acaban dando como resultado un título que podría haber sido genial si no hubieran querido ser tan innovadores. Dragon Fin Soup huye de esta forma de programación y se centra en un estilo más retro digno de los viejos tiempos del RPG táctico al que todos los elementos que le han añadido le sientan de maravilla. Desde la posibilidad de destruír el escenario en busca de materiales hasta su motor de creación y mascotas, la genialidad de las herramientas y equipo y los divertidos diálogos, todo invita a jugar un título que brilla aún más por su naturaleza de gratuito con el Plus. 

 

 

Caperucita, caperucita, guarda tu pipa en la cestita

Los tipos de Grimm Bros. nos invitan a ponernos en la piel de una simpática Caperucita Roja: Red Robin. Una atractiva cazadora de monstruos con serios probemas de actitud y alcoholismo que, sin embargo, no tardará en ganarse nuestra simpatía y confianza. Red Robin es audaz, valiente y peligrosa, y a pesar de ese cliché de chica mala tiene un enorme corazón y no duda en ayudar a las gentes del pueblo en el que vive, eso sí, a cambio de unas monedas con las que ir subsistiendo.

 

En este marco incomparable de cuento revisionado a la luz de la actualidad encontraremos un montón de guiños y homenajes a videojuegos, literatura, cine y cuentos en los que no puede faltar Gran A'Tuin, la tortuga que Sir Terry Pratchett imaginó para su Mundodisco, el Lobo que acompaña a Red Robin en sus aventuras, los Tres Cerditos, que en esta ocasión hacen de enemigos y mercaderes, y elementos tan extraños como bien llevados como El Buhonero de Resident Evil 4, que aparecerá en las mazmorras para vendernos mercancías, o el propio Link, de Legend of Zelda, que suele vagar por las mazmorras matando monstruos y destruyendo jarrones. 

 

Sin embargo, el punto más divertido de Dragon Fin Soup es, sin duda, el aire macarra y desenfadado que envuelve todo el juego. Tenemos armas que van desde las clásicas espadas y hachas hasta elementos más peliagudos como rodillos, navajas, nudilleras e incluso un calcetín con una piedra dentro; protecciones que van desde la armadura de toda la vida hasta las bragas calentitas o la parte inferior de bikini sexi; y las pociones de vida han mutado en licores y bebidas espirituosas que mejoran la salud de Red Robin y le dan algo de alegría.

 

¿Qué? Esta es la canción universal de los Cazadores, ¿no lo sabíais?

 

Red Robin, the Hunter

Sin duda lo retro puro funciona, y al margen del sentido del humor y del carisma innegable de esta Caperucita New Age, el estilo de juego clásico de mazmorreo, pueblo como cuartel general e historia típica de todo buen RPG hace que estemos atados al juego y disfrutando con una jugabilidad que lejos de hacerse pesada invita a seguir jugando una hora tras otra.

 

Aún me queda mucho por jugar, de ahí que esto sea tan sólo un artículo y no un análisis, pero lo que he visto de estos Grimm Bros. me está gustando, y mucho: Tiene una gran profundidad en cuanto a materiales y posibilidades de creación a lo que se une unos personajes carismáticos, una protagonista genial -más adelante parece que hay más personjes desbloqueables-, un mimoso cuidado en la creación del juego y todo lo que le rodea y muchas, muchas posibilidades que van desde la ya mencionada de destruír el entorno hasta la de pescar, mercadear y crear nuestro propio equipo.

 

Por último, Dragon Fin Soup cuenta con un buen puñado de modos de juego que alargarán todavia más la vida útil de un juego cuya creación procedimental de mazmorras aseguran mucha, pero mucha salud y mucha diversión junto a nuestra querida cazadora. ¿En definitiva? Si no lo habéis descargado estáis tardando.

 

¡Nos leemos!


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