¿Dónde está Valve?

Si recordáis el final de 2013 y de 2014, las noticias estuvieron no solo marcadas por la aparición de PS4 y Xbox One en el mercado (y por su total ausencia de juegos), sino también por el más que inminente puñetazo en la mesa del salón que iba a dar Valve con la Steambox, su Steam Controller y el SteamOS. Ha acabado 2014 y ese puñetazo ha sido más bien una caricia olvidada de una pareja que tuviste cuando eras adolescente. ¿Dónde puñetas se ha metido Valve?

 

Es muy cierto que Valve siempre está ahí, de fondo, haciendo sus cositas y dejando claro que Steam es el rey de reyes en PC, que no hay nadie que le vaya a hacer sombra y que sigue creciendo y dando los pasos necesarios para convertirse en esa herramienta para que cualquiera pueda publicar su videojuego, para bien o para mal. Valve no ha estado del todo desaparecida, pero este año esperábamos más.

 

La culpa de todo la tiene el retraso de las primeras Steambox y, especialmente, el del Steam Controller, que por su diseño y su concepto nos llamó muchísimo la atención y nos hizo desearlo fervientemente. Pasados los meses, el mando no solo es mucho menos arriesgado de lo que era en un principio, sino que ya no es algo que deseemos. Ha perdido su momentum, ya es algo que se espera. Lo mismo con las Steambox: la idea era tan atractiva que contaba con un factor impulsivo, pero viendo cómo iban a desarrollarlas en conjunto con otras empresas (cosa que no han hecho aún), casi sabe mejor hacerse un PC propio y meterle SteamOS.

 

SteamOS, por otro lado, sí se ha lanzado en 2014, pero su impacto ha sido mínimo. Quizá la culpa la tiene el poco catálogo, que aún no está acabado, que su rendimiento no es tan sorprendente como se prometía o que, caray, instalarlo exige saber un poquito de Linux o seguir tutoriales pelín complejos que pueden dejarte con el ordenador en bragas si haces algo mal. ¿Tan difícil era imitar a Windows en su instalador, lo único medio decente que tiene?

 

Y con todo esto, creo que no puedo dejar de pensar en que Valve puede hacer algo grande. Seamos honestos: el día que la compañía de Gabe Newell lance algo a tiempo será el día en el que haya muerto. El concepto de Valve Time se aplica perfectamente a todo lo ocurrido en 2014 con sus productos, y no puedo dejar de sentir algo de rabia, pero también creo que es lo mejor que podría haber pasado. 

 

Si Valve considera que sus cacharros no estaban listos, ok, vale, adelante, seguid trabajando en ellos. Me fío lo suficiente de vosotros tras todos estos años. Pero maldita sea, aprended de una vez a no generar expectativas que van a decepcionar a la gente. Ahora bien, lo que sí tengo que hacer es tirarles de las orejas con sus juegos. ¿Por qué no lanzan ya juegos con cierta asiduidad? Vale que están desarrollando el Source 2, pero no podemos vivir solamente de DOTA 2 y de las microtransacciones vergonzosas de Counter Strike Global Offensive. 

 

Así pues, espero que 2015 sea realmente, y por fin, un año de Valve. Y sobre todo, espero que anuncien o lancen un maldito juego. 

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