Cuando España le da la espalda al videojuego

Siempre hemos sido el culo del mundo, y no porque nosotros queramos (algunos sí), sino porque nos gobiernan unos incompetentes. Incompetentes a los que hemos votado nosotros, así que al final sí es nuestra culpa. Perdón que me vengo arriba y seguro que os estáis preguntando que qué hago hablando de política en una página web dedicada a los videojuegos. Pues, queramos o no, la política también afecta a la industria del videojuego, y en el caso de España, parece que para mal.

 

Nuestro Ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha decidido tumbar una ayuda de hasta 2 millones de euros. Una subvención que estaba destinada a prestar apoyo a 20 empresas del sector que no hubiesen sacado todavía su primer proyecto al mercado. Se trata de una ayuda que proviene del fondo europeo y cuya eliminación niega hasta 50.000 euros de subvención a cada proyecto. Una decisión tomada por Nadal poco después de que el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, crease la llamada Mesa del Videojuego, que se celebró por primera vez el pasado 15 de diciembre y que buscaba implicarse más con el sector en España. Ahora queda todo un poco contradictorio, teniendo en cuenta que se había prometido una financiación de entre el 50 y 85% del proyecto, dependiendo de éste y el estudio independiente que estuviera detrás (en lo que a número de trabajadores se refiere). ¿Qué? ¿Cómo os quedáis?

 

Estamos perdidos. De verdad, estamos perdidos. Nos encontramos con una industria capaz de facturar millones en nuestro país. Un país que le da la espalda. No al sector de videojuegos en sí, sino a aquellos que pueden llegar a convertirlo en una referencia. Cuántos estudios independientes habrá en España luchando por hacerse un hueco en el mundo. Cuántos se sentirán tan perdidos como me siento yo ahora mismo.

 

Álvaro Nadal piensa que no hay que ayudar a aquellos que se están formando, aquellos que empiezan en el mundo del desarrollo de videojuegos, que no merecen la pena. De esta forma, se le ha negado un apoyo necesario a empresas y estudios independientes que nos necesitan de su parte. Pueden gustaros o no los videojuegos que se hagan en nuestro país (que generalizar de esa forma es, también, una visión algo despreciable), pero no se puede negar que el universo del videojuego es un sector de entretenimiento esencial en España, que está creciendo a una velocidad vertiginosa y que, sin embargo, en nuestro país se le está frenando sin dar demasiadas explicaciones. Por desgracia, tenemos demasiadas hordas de enemigos que enfrentar en este mundo.

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