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Cómo la película de Metal Gear Solid tiene que traicionarnos dulcemente

La Li Lu Le Lo
Por Adrián Suárez Mouriño

La película de Metal Gear Solid está causando mucho revuelo, lo que es normal tratándose de la IP que se trata. Por fortuna, contamos con un director que ama la franquicia. Jordan Vogt-Roberts ha comentado que será fiel a la obra original, que se conoce el material y que se centrará en la línea temporal que ya existe, es decir, que no hará algo tipo Resident Evil y Mila Jovovich.

 

Sin embargo, en el año 2017, Hideo Kojima dijo algo muy suyo al respecto de esta cinta cuando le preguntaron: que traicionase los deseos de sus fans, es decir, que no fuese fiel y que interpretara el producto cómo le diera la gana. En principio, podemos tomarnos estas declaraciones de Hideo Kojima como una muestra de su enfado por haber tenido que abandonar a su hijo, pero yo lo entiendo de otra forma.

 

 

Cuando le hicieron una pregunta similar a Miyamoto sobre cómo llevar al cine con actores de carne y hueso a Mario, él también opinó que la mejor manera de hacerlo era del modo en el que el director considerase. Como se lee en un libro la mar de majo sobre Mario, él comprendió que el cine no es el videojuego, que la carne no es el píxel y que la dirección de otros no era la suya, así que, ¿por qué no arriesgar? El resultado fue un film terrible pero adorable, uno que, con el paso de los años, puede considerarse una curiosa reinterpretación del personaje más que una película fallida.

 

Tras esta introducción, yo os pregunto: ¿queréis una película fiel al videojuego, que reproduzca con la mayor exactitud posible Metal Gear Solid 3 o queréis algo nuevo? Personalmente, yo prefiero una reinterpretación de la obra original a través de una nueva visión. Por supuesto, sé que al decir esto me arriesgo a acabar recibiendo una película como la de Mario, pero creo que esta es la mejor manera de tratar al videojuego... ¿o hay una alternativa a caballo entre las dos soluciones? Vamos por partes.

 

Para empezar, entiendo al cien por cien a Kojima cuando dice que hay que traicionar al fan, que hay que arriesgar y ofrecer visiones nuevas. Me gustan las relecturas de algo que me apasiona, no los calcos, no la opción conservadora, no la traslación de los planos de un juego a una película para que el fanático de la obra se quede contento. ¿Y cómo se podría hacer esto que pido de una manera coherente y que realmente nos gustase a todos? Es más, ¿cómo se podría traicionar al fan y al mismo tiempo ser fiel a la obra original? La verdad es que es muy sencillo: hablando de Cipher, de lalilulelo y de la formación de los Filósofos y de sus sucesores: los Patriots.

 

 

Este fragmento del lore de Metal Gear Solid nunca se ha explicado del todo y, la verdad, funcionaría mejor en una película que en un videojuego porque lo que necesitamos es información pura y dura al respecto. Los Patriots (también llamados Cipher o la li lu le lo) son formados por Zero y Big Boss con el dinero de Los Filósofos. Diferencias de opinión acerca de este grupo los llevaría a separarse y a iniciar su conocida relación de amor-odio que en parte ‘se oye’ en Metal Gear Solid V y remata en Metal Gear Solid 4.

 

Tratando este tema en una película tendríamos una ‘útil’ para el fan y también fiel a la obra de Kojima, pero aquí viene el girito, ¿y si traicionamos al fan mostrando cómo el malo del asunto fue Big Boss y no Zero? Como ya mostré cuando hablé de Artorias y su legado en Dark Souls 3, me gusta cuando un nuevo trabajo que se basa en otro se aprovecha de los agujeros de ‘guion’ para hacernos dudar de lo que ya sabíamos. ¿Artorias amaba a Sif? No está ya tan claro. ¿Es Zero el auténtico villano de Metal Gear Solid? Quizás podamos hacer dudar al espectador con esta película.

 

En definitiva, yo le pido a Jordan Vogt-Roberts que haga lo que sugiero en este artículo: que arriesgue manteniendo la coherencia. Que le dé al fan lo que pide y que luego lo traicione con una patada en los genitales del canon.


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