1. Mundogamers
  2. Noticias

¿Cómo es posible que PS4 venda mal en Japón?

Petándolo en todo el mundo, menos en casa
Por Bruno Louviers

Creo que Sony no se esperaba ni por asomo que PlayStation 4 fuera a vender la burrada que está vendiendo. En España, se han vendido más copias de Watch Dogs para PS4 que para su sucesora, que tiene más usuarios, con eso lo decimos todo. ¿Cómo es posible entonces que en Japón no esté vendiendo por encima siquiera de Vita.

 

El primer problema es que el mercado japonés está muy paradito. En los últimos años, Nintendo ha sido el motor del progreso en cuanto a consolas se refiere en Japón, un país donde los teléfonos móviles son un peligro hasta para la televisión tradicional. Si en el resto del mundo los smartphones están dañando al mercado tradicional del videojuego, allí lo están fastidiando igual o más. 

 

 

Pero eso no significa que no se vendan PS Vitas o 3DS. De hecho, en Japón la PS Vita funciona tropecientas veces mejor que en otras partes del mundo. Y es que allí gusta mucho más jugar en portátil que aquí, y hay una cultura de salir a la calle a jugar en local. Freedom Wars es un fenómeno reciente en este sentido, pero los antecedentes de Monster Hunter también.

 

Por último, y quizá más importante, ¿qué juegos tiene ahora mismo PlayStation 4 que llamen la atención en Japón? Allí no funcionan ni un poquito parecido a nosotros, y aunque Killzone o Battlefield 4 no han vendido mal, no hay ningún juego que tradicionalmente llame la atención al público nipón. 

 

 

Por el momento, el único proyectado con un poco de atención sober Japón es Deep Down, de Capcom, que mezcla ideas de dungeon crawler y de Dark Souls con graficazos. Quizá Bloodborne también sea un punto de interés para los japoneses, pero aún le queda un tiempo hasta llegar a las tiendas. 

 

Es gracioso, aunque también algo triste, ver cómo ha cambiado el mundo del videojuego a través de estos hechos: Japón ha pasado a ser un mercado secundario para sus compañías y para nosotros. Ojo, que sus juegos nos importan, pero hay que reconocer que son un porcentaje pequeño de la producción mundial y que ahora trabajan pensando más en nosotros que en ellos mismos.


<< Anterior Siguiente >>