Basta ya con las pelis de videojuegos

Cuando oí hablar de la posibilidad de que se realizase una película de World of Warcraft, tenía miedo. El miedo pronto dejó paso al hype con las primeras imágenes (si bien sigo sin ver eso de la historia de amor forzada con una SEMI-ORCA), el primer tráiler y el vídeo en el que se ven todos los detalles sobre cierta posada... Con Assassin's Creed la sensación fue más o menos similar, aunque el filme de Justin Kurzel no me llama tanto la atención. Más o menos, la idea que tengo en la cabeza cuando me hablan de pelis basadas o inspiradas en videojuegos, es ésta: obras más o menos espectaculares, adaptaciones, si bien no fieles, más o menos a la altura... No sé, puede que Tomb Raider o El Príncipe de Persia fueran un par de caquitas, pero al menos tenían sus momentos de acción y tal... En fin, yo me entiendo.

 

Por contraposición, están las pelis chorras de videojuegos chorras. Cuando escuché eso de eh, que van a hacer una película de Angry Birds no sabía muy bien cómo tomármelo. Ya conocía la existencia de los Angry Birds Toons que, bueno, estaban ahí y tampoco importaban mucho, pero hacer algo para la gran pantalla era otra cosa. Tras el primer tráiler, mis inseguridades desaparecieron (un poquito) y, oye, no tenía tan mala pinta. Parece que no he sido la única que ha pensado eso, ya que la película ha sido todo un éxito en las taquillas de China y Estados Unidos.

 

Sin embargo, cuando una se para a ver las críticas, la cosa cambia. Sí, vender ha vendido, pero igual ha sido porque nadie sabe exactamente cómo va a ser una peli hasta que la ve y, por tanto, la paga con antelación. Una vez te sientas en la sala de cine y empieza la película, te das cuenta de que los mejores chistes estaban en el tráiler, y que tampoco hacían tanta gracia. El otro día hasta mi peluquera se quejaba de que ni su hija pequeña soltó la más mínima carcajada. Bueno, al menos Rovio lo ha intentado. Que ya es bastante conseguir sacar un argumento del videojuego más simplón del universo. A ver, que lo simple no quita que sea divertido.

 

Hasta aquí, todo bien. Angry Birds llega con unos años de retraso (pues casi siete, aunque si llega a salir en 2010 o 2011, con las nuevas “expansiones” y tal, hubiera estado bien) pero ha sabido llamar a cierto público. Después de todo, nos guste o no, todo el mundo conoce a los Angry Birds, son una marca increíble con muchísimo merchandising, a la altura de otros grandes universos ficticios. Así que, a pesar de ese retraso, la gente lo conoce, y deciden probar. Seguro que muchos se vuelven a descargar los juegos (o lo hacen por primera vez) una vez vista la película, sea cual sea su opinión. Pero esto de juegos chorras con pelis chorras no me inspira mucha confianza.

 

El mundo tiembla una vez más tras la siguiente noticia impactante. Después de la chorrada de Rovio (y con los tambores de la trilogía de Tetris todavía sonando), llega la de Halfbrick. Sí, estamos ante otra creación sacada de un juego para móviles: Fruit Ninja tendrá su adaptación cinematográfica. ¿Qué.está.pasando.en.Hollywood? (Así, con puntos, que es como hay que escribirlo para indicar que me paro en cada palabra de esa pregunta. Qué lista soy yo). No, en serio, ¿qué leches van a sacar de un juego así? Que consiste en cortar fruta por la mitad, nada más, ¿qué demonios pretendéis hacer con vuestra vida?

 

En la industria, hay una gran cantidad de videojuegos que, si bien merecen un viaje a la gran pantalla, no me extrañaría que tuviesen miedo de arriesgarse con una adaptación a modo de película. Después de todo, vemos grandes aberraciones en el cine que no se parecen en nada a las grandes experiencias que los píxeles nos han dado. Y sí, mejor no hablamos de la obra dirigida por Chris Columbus.

 

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