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Anunciados iPhone 5C y 5S: ¿Qué supone para el videojuego?

De vuelta al pasado
Por Álex Pareja

Durante la conferencia de ayer celebrada en Cupertino, Apple anunció los modelos que reinarán durante el próximo año para los fans de la manzana: el iPhone 5S, la constante actualización de cada nuevo teléfono numerado, con un chip A7, arquitectura de 64 bits, cámara mejorada y un sensor de identidad; y el iPhone 5C, una versión más parecida a lo que fue el iPhone 5 en su momento, con acabados en plástico y, en teoría más barato. Decimos más barato porque a través de la Store francesa se descubrió que costaría 600€, muy distantes de los 100€ más dos años de contrato que aclamaba la marca, que demuestra que desde la dirección de Tim Cook lo único que ha cambiado Apple es el marketing a uno tradicional, algo que nos podemos permitir decir porque no somos una web de tecnología.

 

Dicho todo esto, para mostrar las bondades del nuevo teléfono se enseñó Infinity Blade III, que poco más sorprende de lo que ya fue en su momento. Pero aunque algunos juegos para las tablets y smartphones más modernos del mercado sean interesantes, estudios de mercado y pitonisos aclamen la caída del juego portátil y el auge de estos nuevos dispositivos, el jugador más tradicional no se lo cree. Y lo que es más importante, los estudios de desarrollo tampoco.

 

No es mala idea, pero necesitamos más software con el que aprovecharlo al máximo.

 

Hablando con Mike Simpson, director creativo de Total War Rome II, éste comentó que las tablets actuales distan mucho de estar a la altura de mover un Rome II, algo que, de hecho, Ultrabooks de precios similares pueden hacer perfectamente. Tampoco vamos a quitarle mérito a lo que han hecho las tablets, algunos géneros como la aventura gráfica se amoldan perfectamente a sus pantallas táctiles y la estrategia es un firme candidato para ser el siguiente en dar el salto, con ejemplos como XCOM que se amoldan muy bien a las tablets. ¿Os imagináis cómo sería en el futuro jugar a un Starcraft III simplemente pulsando en una tablet?

 

Pero por mucho que nos vendan chips A7 y pantallas retinas, todavía quedan muchos años para que los jugadores tradicionales se planteen no comprarse la siguiente consola o la siguiente portátil. El control es evidentemente uno de los mayores contratiempos, pero no el único; el principal problema es que pocos estudios se toman en serio el mercado móvil.

 

Por si fuera poco, estas pantallas, con toda su resolución y acabado, no sirve de nada como auxiliar, ya que no posee conectores HDMI In que nos permitan utilizarla para conectar una consola. En el caso de los smartphones, quizá un mando bluetooth con sujección podría ser la nueva consola portátil, pero por el momento su uso queda relegado a los propios juegos de la App Store y Google Play así como emuladores.

 

Mirad aquí al tipo tan pancho jugando al Crysis 3 como si nada.

 

Muchos afirman que PS Vita no tiene cabida en este mundo actual debido a estos dispositivos, pero ahí está Nintendo 3DS siendo la consola más vendida para demostrar que se equivocan. Puede que, en el futuro, los smartphones y tablets encuentren un lugar para el juego tradicional, ejemplos como la Razor Edge, que te mueve un Crysis 3 o donde puedes jugar de modo táctil a un Civilization, apuntan a ese camino. Pero mientras, año tras año, cuanto más se parecen estos dispositivos a las especificaciones de un ordenador, más parecen olvidarse del videojuego tal y como lo conocemos.

 

Así que, ¿qué supone la llegada de iPhone 5S o 5C, o el anterior anuncio de Samsung con su Note III para el videojuego? Muchos que se atreven a afirmar que su potencia es equivalente a una PlayStation 3 o una Xbox 360, pero a la hora de hablar de software, la realidad es que supone poco, si más bien nada.


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