1. Mundogamers
  2. Noticias

¿A qué sirve PS4 Pro?

4K vacíos de propósito
Por Dayo

Quién nos lo iba a decir, pero este año se cumple el tercer aniversario desde que las consolas de octava generación llegaran nuestras vidas. Ayer, los de Sony salieron a presentar PlayStation 4 NEO, ahora llamada PlayStation 4 Pro, y dentro de poco en Microsoft harán lo propio con Project Scorpio. Es un nuevo paso en la nueva generación, pero tampoco es exactamente una nueva generación. Es un punto intermedio y una maniobra publicitaria arriesgada, pero sobre todo, es un pequeño vistazo a una de las posibles tendencias a las que nos enfrentemos en el futuro: el acercamiento del videojuego a la filosofía tecnológica. La constante renovación cada pocos años, el modelo que hace ligeras mejoras y que, por algún motivo, es inmediatamente necesario. La ruptura de las generaciones como las conocemos.

 

No voy a entrar a si PlayStation 4 Pro es mejor, peor, bonita o fea. Se me ocurrió ver un vídeo en 4K en una pantalla en 4K hasta que me di cuenta de que YouTube no está hecho para aguantar semejante resolución como Dios manda, pero ese nunca ha sido un asunto que me llame la atención. Cuando la gente estaba pegándose por el 1080p a 60fps, yo me limitaba a mirar desde la colina, y es una posición divina de la muerte. Este es un artículo que va más allá de la capacidad técnica, porque en realidad el beneficio no es exactamente para nosotros, sino para las propias compañías, que necesitan encontrar nuevas razones, excusas, llamadlas como queráis, pero hay que vender, y hay que vender más. La séptima generación fue un ciclo más largo de lo habitual que se alargó durante casi nueve años, y si prestabas un poco de atención al entorno veías aparecer artículos con declaraciones y más declaraciones sobre cómo el ciclo se había agotado. Se había vendido todo el pescado, ya no había más gente a la que llamar a filas para que compraran consolas, y el punto de interés era sacar más videojuegos y explotar la tecnología disponible hasta el límite.

 

PlayStation 4 Pro y Project Scorpio parecen una solución al problema.

 

Esto es algo que Nintendo lleva haciendo desde hace años, con la Gameboy, Gameboy Color, Nintendo 3DS y la New 3DS y similares. Incluso sin cambiar la tecnología, sigue sacando versiones de sus portátiles. Gameboy Advance, Advance SP, Micro, y etcétera. Mantiene el mercado en movimiento y garantizan la llegada de un nuevo público que se vea tentado por las ofertas de lo que parece un producto nuevo además de nuevas compras por parte de los que ya tienen el hardware pero quieren mantenerse a la última. PlayStation 4 Pro y Scorpio ofrecerán mejores gráficos, una mayor resolución y estarán diseñados con la Realidad Virtual en mente, sí. Hay ventajas para el público, pero los auténticos ganadores son Sony y Microsoft porque mantienen su mercado en movimiento. Es cierto que están las versiones Slim de sus consolas, pero seamos honestos: no hay tanta necesidad de comprar una si ya tienes tu plataforma funcional. Es un dinero que te ahorras.

 

Pero ahora hay una línea marcada, y es probable que se convierta en una brecha cada vez mayor conforme vaya avanzando la generación. Quizá ahora no haga falta comprarse una PlayStation 4 Pro, pero quizá empiece a haber juegos que realicen claras distinciones entre una consola y otra. Llegará la Realidad Virtual y, tarde o temprano, PlayStation 4 no será capaz de mantener el ritmo. Aparecerán juegos que sólo puedan mover las nuevas versiones de estas consolas, y poco a poco, irá surgiendo la necesidad de dar el paso.

 

Tampoco quiero actuar como si esto pusiera al PC en un lugar de superioridad, que dentro de poco tendré que dar el paso a una nueva tarjeta gráfica y la tontería me costará más que la propia PlayStation 4 Pro, pero este cambio de paradigma supone un nuevo ataque a la idea de lo que, hasta ahora, había sido jugar en consola. Desaparecidas la mayoría de exclusividades, con tantos videojuegos multiplataforma y capacidades técnicas similares, el motivo por el que uno escogía una plataforma de sobremesa en lugar de un ordenador tenía que ver con la sencillez de no pensar. Tienes tu caja, metes el juego y lo juegas, y la caja te aguantará durante tantos años como dure esa generación. Esa era una garantía cuyos cimientos ahora están temblando. Si PlayStation 4 Pro y Scorpio son un éxito, la idea de tener una consola por comodidad irá disolviéndose cada vez más. Será como un móvil, como cualquier otro aparato de tecnología pensado para ser renovado cada pocos años, no porque se rompa, sino porque no es capaz de seguir el ritmo de lo que está ocurriendo ahora mismo. Entre actualizaciones, instalaciones, discos duros limitados y, ahora, saltos a medias entre generación y generación, los jugadores de consola van perdiendo cada vez más esa comodidad.

 

No esperaba ninguna de estas consolas. Sigo sin verle el sentido y, tal y como se está viendo, ni siquiera exhiben las capacidades técnicas de las que tanto presumen. Cuesta menos que una GeForce 1080 y dice poder mover sus títulos a 4K, pero no es nativo. No cumple ni sus bases, y si digo esto no es por atacar a la idea de jugar en consolas ni nada del estilo. Es una reflexión que toma otro cariz, la de quién sale beneficiado. Y no logro ver cómo ningún jugador de consola puede ver esto como una auténtica victoria. No entiendo qué es lo que se gana, qué progreso significativo estamos viendo. Sólo veo una inversión para traer a nuevos clientes y obligar a los que ya están ahí a comprar si quieren disfrutar de lo que vayas publicando durante los próximos años. Sueno a catastrofista, y quizá el final resulte ser menos grave de lo que yo imagino, pero aún así. No veo cómo esto ayude a alguien que no sean Microsoft o Sony.


<< Anterior Siguiente >>