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5 años de Nintendo 3DS, repaso ante la recta final

5 años, 5 modelos
Por Víctor Junquera

Hace algo más de cinco años, en el que probablemente fuese el último E3 en el que la presencia física de la prensa tenía algo de sentido, (y a la vez en el E3 que confirmó que las conferencias en vivo, con fallos y centenares de modelos con consolas, ya no tenían sentido) un Satoru Iwata que aún no dominaba muy bien el inglés elevaba y después se guardaba en el bolsillo a la sucesora de Nintendo DS, un producto desconcertante llamado Nintendo 3DS cuya magia única era imposible de demostrar a menos que la probases. El 3D era el futuro, era imposible contar lo impresionante que era.

 

Nada de aquello podía salir mal, salvo el temor del público, y para ello, a lo largo de ese mismo invierno se fueron de gira por todo el mundo mostrando el efecto. Prueba y verás, decían. 250€ parecían algo caro para una consola portátil que en el fondo tampoco era tan potente, pero la tecnología del futuro tenía que justificar un precio. Este mismo Viernes Santo, 25 de marzo, se cumplían cinco años del lanzamiento en Europa de la actual líder del juego portátil, pero no han sido pocas las penurias que ha tenido que pasar (y que nos ha hecho pasar) para llegar hasta aquí. Cinco años cargados de altibajos.

 

Para empezar, por empezar como siempre empezamos con Nintendo (y prácticamente con cualquier consola): un buen catálogo de lanzamiento pero que trata de satisfacer a todos pero que nunca es suficiente, un gasto un tanto desorbitado que sabemos que será difícil de justificar durante meses, una escasez de lanzamientos durante una buena temporada y una sorpresa inicial que se nos pasa rápido.

 

Una pantalla táctil y una pantalla 3D no se llevan muy bien.

 

Satoru Iwata - E3 2010"

 

Durante el primer mes jugué mucho a Super Street Fighter IV 3D, casi más que a la versión de consolas domésticas, pero poco tardé en darme cuenta de que no había mucho más que me hiciese cargar la consola a diario aparte de los juegos de StreetPass, el que sin duda es el mayor acierto de 3DS como consola portátil, y no el 3D. Pero aunque lleno de buenos intenciones, un catálogo de lanzamiento no es bueno cuando nadie se acuerda de Nintendogs+cats o de Pilotwings Resort, o cuando PES 2011 3D, Rayman 3D o Ghost Recon: Shadow Wars se convertían en algo a desear porque no había otra cosa.

 

Y la verdad, 2011 fue un año nefasto para Nintendo a pesar de la calidad de prácticamente todos los juegos que se centraron en darle un final digno a Wii, pero esa escasez de catálogo de Nintendo 3DS le pasó factura. De una consola para otra, Nintendo había pasado de tener una máquina en la que eran posibles las mayores genialidades y los peores males de la industria (Nintendo DS) a tener una máquina en la que poder jugar a ports en 3D. Ports de una calidad innegable, desde luego, pero en pleno 2011, Ocarina of Time 3D y Star Fox 64 3D ya no eran vendeconsolas, y menos aún cuando Sony anunciaba a PlayStation Vita, una máquina que no era 'una N64 portátil' sino 'una PS3 portátil', al mismo precio y con un Uncharted.

 

Nintendo tenía un problemón, y su solución fue tan drástica y problemática como efectiva. Nintendo 3DS rebajó su precio de lanzamiento en casi un 30% y pasó a costar 170€ a partir de agosto de 2011 tratando de compensar con un total de 10 roms de NES y 10 de Game Boy Advance a los compradores de la consola a 250€. Los Embajadores Nintendo 3DS, nos llamaron. Los únicos pringados que a día de hoy pueden jugar a todos los Zelda excepto Wind Waker, Twilight Princess y Skyward Sword en una misma consola.

 

Excitebike 08

Los 3D Classics tampoco fueron la mejor de las ideas ni del todo bien ejecutadas.

 

El año mejoró aunque la fama de Nintendo no remontaba. 2011 se cerraba con todo un Mario Kart 7 que nos hizo empezar a desear el DLC en la saga, y con todo un Super Mario 3D Land, malogrado en general por la prensa, por no dedicarle el tiempo suficiente y quedarse sólo en que la primera vuelta era muy fácil y el efecto 3D estereoscópico no era nada especial, y que no fue algo mejor reconocido hasta que Super Mario 3D World recordó al mundo que no hay un Mario malo. 2012 sería un mejor año, pero aún no sería suficiente y las extravagancias continuarían.

 

Las 3rd parties llegan al rescate. A finales del mismo 2011 Capcom ya le había hecho un gran favor a Nintendo lanzando Monster Hunter 3G, la versión portátil del original de Wii, pero aquí aún tardaríamos en verlo. Lo que no tardaríamos en ver sería el mayor portento gráfico que pudo pasar por nuestras manos en una portátil en forma de Resident Evil Revelations, un juego completo y de terror que lejos estaba de aquella broma llamada Resident Evil Mercenaries 3D. Pero claro, un shooter en tercera persona sin segundo joystick hacía una década que era algo injugable, y para éste y otros que vendrían más tarde como Metal Gear Solid: Snake Eater 3D o Kingdom Hearts 3D (Dream Drop Distance) hubo que inventar el Circle Pad Pro, algo que en realidad fue presentado sólo para que ese Monster Hunter 3G tuviese sentido para Capcom. Favor por favor.

 

kid icarus uprising nintendo 3ds wide

«Sorry to keep you waiting!»

 

En 2012 llegó también el que es sin ninguna duda mi juego favorito de todo el catálogo de la portátil, Kid Icarus: Uprising, la demostración de que no existen directores tan detallistas y amantes de su trabajo como Masahiro Sakurai, y un rescate y transformación de una saga tan digno como lo fue Metroid Prime en GameCube. Pero ni siquiera tal obra maestra ni el apoyo 3rd party de varias de las sagas de mayor renombre hicieron que 3DS levantase cabeza. Pero lo hizo, en ese mismo 2012, gracias al Profesor Layton y a la fórmula inagotable de un Mario 2D con New Super Mario Bros. 2 que, sin ser mal juego, resultó ser el peor de todos los Mario de desarrollo lateral e hizo que mucha gente quisiese perderse uno de los mejores, New Super Mario Bros. U.

 

A ese New Super Mario Bros. 2 le acompañó la primera revisión de 3DS, Nintendo 3DS XL, un tamaño mayor con más justificación de la que tuvo Nintendo DSi XL en su día, y la consola que hizo que a muchos se le quitase el miedo a la portátil que ya no volvería a bajar de precio (ja, ja,...) y que por fin llegaba a la ansiada revisión que muchos esperaban tras ver cómo con Game Boy Advance y Nintendo DS fue un suplicio (ja, ja, ja, ja,...). 199€, sin cargador incluido.

 

Nintendo 3DS cerraba un 2012 de leve remontada con la navidad más floja de su historia, con sólo un Paper Mario: Sticker Star y un Epic Mickey que resultaron ser de lo más flojo. Y los primeros meses de 2013 tampoco fueron nada halagüeños, con Nintendo centrándose en que su recién estrenada Wii U tuviese un inicio decente (intento fallido, por cierto), pero a partir de marzo de 2013 comenzó un año que nunca se superará.

 

Hubo una promoción: compra tres juegos y consigue uno gratis, y las posibilidades eran de auténtica impresión, lo que hizo que ese 2013 fuese mejor aún para todos. Tengo que tirar de lista para mencionarlos a todos y seguramente se me escapará alguno, pero ahí voy: Monster Hunter 3 Ultimate, Castlevania Lords of Shadow: Mirror of Fate, Luigi's Mansion 2, Fire Emblem: Awakening, Donkey Kong Country Returns 3D, Animal Crossing: New Leaf, Project X Zone, Mario & Luigi: Dream Team Bros., Inazuma Eleven 3, Pokémon X/Y, Profesor Layton y el Legado de los Ashalanti, The Legend of Zelda: A Link Between Worlds y Bravely Default. Me atrevería a decir que no hubo en la historia una consola que sumase tantos exclusivos de tal calidad en cuestión de 10 meses. No en vano, fue el año en que desembocaron los grandes esperados de hasta tres E3 distintos y alguna sorpresa extra de más de un Nintendo Direct, no era para menos.

 

2ds

Una confirmación oficial que nadie se quiso creer, como si de un fake se tratase.

 

Mientras tanto, había una guerra en ciernes, y no era una guerra de consolas entre las futuras PS4 y Xbox One (que también), sino una guerra entre los usuarios que decían que los móviles y las tablets iban a acaparar todo el juego portátil porque 'era el futuro' y nada era capaz de hacer frente al éxito de Angry Birds. Estuvo cerca, pero el disparate cayó por su propio peso, y entre medias de tal locura, Nintendo anunciaba lo que parecía una locura aún mayor: Nintendo 2DS. Una consola a priori fea, no plegable, que se deshacía del que se supone que era el atractivo principal de la consola (el 3D estereoscópico), y que además podía llevar a mayor confusión por aquello de que 3DS podía dar la impresión de ser mejor que 2DS o posterior, y estábamos viviendo el momento del público confuso con el 'ah, ¿que Wii U no es un periférico de la Wii?'

 

Pero el público no es tonto, y si el modelo más barato quitaba algo innecesario y podía mover perfectamente el nuevo Pokémon, el modelo más barato sería para cientos de miles de niños que tuvieron una Navidad feliz, por 119€ con juego, frente a los 169€ del modelo normal o los 199€ del modelo XL.

 

2014 ya fue un año peor. Diferente en cierta manera, pero peor, porque nada podrá ser mejor que aquel 2013 en el que incluso los nuevos juegos para StreetPass fueron un éxito desorbitado. 2014 fue un año de segundones, de Kirby, Yoshi y rellenar el catálogo con todo lo que no habías podido probar el año anterior. Un año en el que Nintendo 3DS ya se valía por sí misma y Nintendo tuvo que centrar toda su atención en Wii U. Un año en el que fue positivo rescatar para occidente las mayores rarezas ya vistas tiempo atrás en Japón como Profesor Layton vs Phoenix Wright, Fantasy Life y, sobre todo, Tomodachi Life.

 

2014 fue un año en el que la sola esperanza por ver la imagen diaria del nuevo Super Smash Bros. (¡El primero portátil!) y el saber que terminaría el año con los remakes de Pokémon Rubí y Zafiro mantenían las miradas puestas en la consola, pero sin duda lo de Tomodachi Life fue algo de otro mundo, algo inesperado. Cuando todavía estábamos intentando asimilar por qué YouTube triunfaba tanto, un 'simulador de ver a gente conocida haciendo cualquier chorrada' era algo igualmente incomprensible, una marcianada inexplicablemente adictiva y viral que catapultó aún más a 3DS mientras se preparaba para su último cambio.

 

final form

 

Y con esas llegaban New Nintendo 3DS y New Nintendo 3DS XL, una nueva versión de Nintendo 3DS que ofrecía las excusas perfectas para que la gente creyese que las necesitaba más que cualquier otra cosa. El último intento de demostración de que el 3D no estaba acabado, sino que estaba mal planteado por la tecnología, menores tiempos de carga para un Super Smash Bros. for 3DS que lo necesitaba como agua de mayo, un lector integrado para los tan necesarios amiibo que... ¿Quién sabe para qué cantidad de cosas se podrían llegar a utilizar? Y la joya de la corona, botones con los colores de Super Nint-... No, el stick derecho ya integrado, para jugar en condiciones a esos Monster Hunter 4 y Majora's Mask 3D tan deseados.

 

Aquí esas New 3DS llegaron ya en 2015, un mal año para Nintendo. No sólo fue un mal año para la compañía por el fallecimiento del hombre que mostró la consola al mundo por primera vez, sino porque la imagen de la marca se vio constamente en entredicho por experimentos como Animal Crossing: Happy Home Designer, Zelda Tri Force Heroes y Pokémon Shuffle. Además, la propia Nintendo no supo mantener ni medio año la idea de que New Nintendo 3DS era realmente mejor y más necesaria que una 3DS o 2DS cualquiera, ya que sólo Xenoblade Chronicles X (un port de Wii) fue un juego realmente exclusivo de las nuevas máquinas, y el futuro de la consola atisbado en el E3 2015 tampoco era nada esperanzador.

 

Y sin embargo, hasta aquí hemos llegado, empezando el sexto año de vida de Nintendo 3DS con tres elementos por delante comunes a aquel glorioso 2013, Fire Emblem: Fates, Monster Hunter: Generations y Pokémon Sol/Luna, y con esto y poco más como Kirby: Planet Robobot, y juegos que llegan tarde pero en buen momento como Yo-Kai Watch, Bravely Second o Dragon Quest VII parece que se vuelve a creer que Nintendo 3DS aún tiene mucho por vivir, e incluso hay más motivos para ponerle ojitos a esas New 3DS de la tienda para jugar por fin a los grandes de Super Nintendo en formato portátil (una decisión polémica, por ser exclusivos de los modelos New). Pero la realidad no está en esa dirección.

 

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Un inesperado broche final.

 

La realidad es que Nintendo 3DS (al igual que Wii U) ha conseguido ser una máquina a recordar por haber agrupado una serie de grandes sagas que en muchos casos han visto sus mejores entregas aquí, pero que lo ha hecho demasiado bien para lo poco que tenía que ofrecer por un concepto errado desde el primer momento. Esa pantalla superior incapaz de llevarse bien con la pantalla inferior siempre ha sido el gran lastre de Nintendo 3DS que hizo que las grandes ideas no fluyesen con tanta facilidad como en Nintendo DS. Pasar la acción de forma prácticamente obligatoria a una pantalla que no fuese la táctil la alejó tanto de 'chorraditas' contaminadoras de la industria (tipo clones de Nintendogs e Imagina ser...) como de posibles genialidades que sólo pueden existir en un dispositivo así. Lleva casi 60 millones de unidades vendidas en todo el mundo y aún quedan muchos más, es una gran cifra, pero no hará historia.

 

Mi Nintendo 3DS de Embajador ha cumplido cinco años, ha crecido mientras tanto, ha cambiado un par de veces y aunque no me ha dado auténticos clásicos atemporales, me ha dado muchos Picross y miles de horas de juego a decenas de títulos que tardaré en olvidar. Pero mi Nintendo 3DS sabe que no tiene sentido que esté viva más allá de este año, sabe que lo próximo que le demos serán dosis de morfina que calma la agonía mientras nos va dejando con esas últimas palabras que marcarán el camino de quien está por venir mientras sigue conectada al soporte vital de Pokémon. Porque alguien tiene que venir, alguien que haya aprendido de todos estos años y que se disponga a llenar el vacío entre nuestras manos. Y espero que llegue pronto.


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