2013, un gran año para géneros perdidos

Todo en esta generación, durante los últimos años, parece que se ha ido moviendo por modas, con los siempre persistentes FPS, sandbox y títulos deportivos. Y a pesar de que estos años hemos visto el resurgir de varios géneros como la lucha gracias a Street Fighter IV o los plataformas 2D con el boom de los indies en Xbox Live Arcade, todo ha ido por temporadas y no siempre hemos tenido una buena cadencia de lanzamientos de calidad para todos los géneros... Hasta 2013.

 

En 2013 algo ha ocurrido, pero desde enero hasta diciembre nos hemos visto surtidos de una gran, gran variedad de títulos de géneros que no han abundado durante los últimos años, y tengamos el sistema que tengamos, hemos podido disfrutar de muy buenos JRPGs, de grandes plataformas, de títulos de estrategia, de aventuras gráficas de todo tipo e incluso de una buena oferta de hack'n'slash.

 

Muchas quejas constantes, mucho 'la industria está podrida', mucho odio hacia el formato impuesto y más aún hacia el que nos quieren imponer... Pero en un año que empieza por Ni no Kuni: La Ira de la Bruja Blanca y termina por Bravely Default no debería haber nada que reprochar. Más aún si entre medias hemos podido disfrutar de Persona 4 Golden, Tales of Xillia, o Shin Megami Tensei - Devil Summoner - Soul Hackers, Pokémon X/Y o Fire Emblem: Awakening. Son muchas, muchas horas de JRPG de calidad.

 

 

Un Fire Emblem: Awakening que tanto como JRPG como juego de estrategia forma parte de dos de esos géneros perdidos. La estrategia también nos ha dado grandes momentos en 2014 con XCOM: Enemy Within, StarCraft II: Heart of the Swarm o Pikmin 3.

 

La aventura gráfica ha sido uno de los géneros más variados este año, y donde más rarezas se han podido encontrar. De hecho, el término de aventura gráfica engloba tanto a día de hoy que es difícil catalogar ciertos juegos, donde por un lado tenemos a Telltale con su propia fórmula del éxito con The Wolf Among Us y The Walking Dead 400 Days y Season 2, y por otro lado tenemos apuestas más convencionales como Virtue's Last Reward, el remake de Leisure Suit Larry, The Night of the Rabbit, Memoria, Goodbye Deponia o The Raven. Pero también hemos tenido experimentos difíciles de definir que en parte podrían haber sido englobados en la aventura gráfica como The Stanley Parable, Gone Home o incluso el mismísimo Beyond: Dos Almas.

 

Donde no hay discusión posible es en el hack'n'slash. Bien a base de relanzamientos como de grandes nuevas ideas, ha sido un año tan lleno de polémica como de calidad. No buscando la genialidad absoluta sino la agradecida variedad, este año ha comenzado fuerte por el género con Anarchy Reigns, Ninja Gaiden 3: Razor's Edge, DmC: Devil May Cry o Metal Gear Rising: Revengeance, y con el verano de Killer is Dead y The Wonderful 101, podemos pasarnos meses machacando botones con placer.

 

 

Y claro, también ha estado el plataformas, tanto 2D como 3D, ese género con altibajos que desapareció durante toda la pasada generación y reapareció modestamente en formato portátil y con el boom indie, volvió a desaparecer sutilmente hasta que en 2013 volvió por todo lo alto con una fuerte competencia para el Mario conformista que nos habían dejado los dos últimos New. Donkey Kong Country Returns 3D, Rayman Legends, Runner 2 o Tearaway han puesto muchos toques diferentes a un género en el que Super Mario 3D World ha puesto la guinda hace escasos días.

 

Entregas anuales o no, repetición y secuelización, polémicas por lo físico o lo digital, nuevas políticas... Está bien saber que podemos olvidarnos de todo esto gracias a un año con tanta variedad y calidad. Así da gusto.

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