Yoshinori Ono se marcha de Capcom tras haber resucitado los videojuegos de lucha
¿Quién no ama a Yoshinori Ono? Tras 30 años amando los fighting games, intentando resucitar Darkstalkers, haciendo Shoryuken con sus fans en los campeonatos, llevando a su Blanka a ver mundo y sonriendo sin parar, Yoshinori Ono deja Capcom. Y es una lástima. Yoshinori Ono, para mí, representaba un espíritu similar (salvando las obvias distancias) con Satoru Iwata. Eran personas felices, que amaban el videojuego como entretenimiento simple, puro y eterno. Era complicado ver en sus rostros la idea del videojuego como negocio, solo del ocio.
Sí, lo sé. Ojalá el modo en el que nos dejó Iwata hubiera sido el mismo con el que nos deja Ono. Yoshinori tan solo abandona Capcom, siendo posible poder seguir leyendo sus peripecias en twitter y contar con que, quizás, se embarque en algún proyecto por su cuenta. Ojalá.
Es fácil tomarse a guasa el trabajo de Yoshinori Ono. Si no os gustan los juegos de lucha o si tan solo lo conocéis por sus payasadas, se puede tomar su paso por la industria como el de un bufón. Pero fue él el que resucitó un género que estaba tocado de muerte, y lo hizo con uno de los mejores juegos de lucha de la historia. Sí, de la histora. Street Figter IV es uno de los fighting games más ricos, complejos y satisfactorios. Con su aparición, el mundo volvió a darse cuenta de que aún había mucha lucha que llevar a cabo en los videojuegos.
La única lástima es que no haya logrado traer de vuelta de la tumba a una de sus sagas favoritas, y a la que también le tengo mucho cariño. Me refiero a Darkstalkers. Con la marcha de Ono, el videojuego se vuelve un poquito más triste. Todos sabemos que el videojuego es un negocio. Incluso pese a que fuera capaz de revivir el género de la lucha con Street Fighter IV, a nadie se le escapa que su continuación no será recordada por su calidad, que la tiene, sino por haber nacido herida por ese negocio y también por sus posibles malas decisiones.
Por eso me da pena que se marche en este momento. Hubiera preferido que Ono pudiera haberse ido por la puerta grande, publicando un Street Fighter VI perfecto desde su nacimiento, un tan deseado Darkstalkers o incluso ese desaparecido Deep Down. Pese a todo, espero que no se le recuerde por los errores de SFV o del último Marvel vs Capcom, sino por disfrutar de los videojuego, por revivir Street Fighter y por reactivar una comunidad de jugadores de títulos de lucha que estaba agonizando. Mucha suerte, Ono.
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