Y una vez acabado The Witcher 3...

Siempre que acabo un juego que es enorme y me lleva muchas horas acabo igual: con una extraña sensación de vacío. Así me he pasado toda la semana después de terminarme la historia y las misiones secundarias importantes de The Witcher 3. Importantes, sí, porque paso muy fuerte de jugar al Gwent y acabar tan enfermo como con Hearthstone. El caso es que esta vez, las sensaciones han sido curiosamente distintas y tengo que compartirlas.

 

Ya sabéis que The Witcher 3 me ha gustado aunque le haya encontrado numerosas pegas que seguro que a alguno os importan más que a mi en el conjunto del juego y que lo mismo os lo arruinan por completo. Su combate y demás no impidieron que me entusiasmara con Geralt, con su aventura y con su mundo, especialmente con este. Ha sido gracias a él que he podido llevar mejor el desenganche una vez terminado el juego. Me explico.

 

 

El mundo de The Witcher 3, aunque no es solo una zona sino cuatro interconectadas, me ha servido para dar paseos digitales por lugares que no había visitado del juego y que, resulta, esconden cosas curiosas que, si bien no merece la pena que invierta otras 80 horas en descubrirlas todas, al menos me han ayudado a despegarme del juego poco a poco. He estado como una decena de horas yendo de aquí para acá con el caballo y descubriendo sin quererlo ni buscarlo nuevos emplazamientos: nidos de monstruos, tesoros ocultos, equipo que ya no necesito...

 

Mi objetivo no era en ningún momento conseguir nada de eso, solo quería seguir en el mundo de Geralt y darme vueltecitas por sus preciosos parajes, y de algún modo, el juego me ha recompensado con esas chorraditas con las que quitarme el mono y poder decir adiós al juego sin que me duela tanto. [SPOILER] Tras el final que me salió, la verdad es que uno no se queda del todo bien y la sensación de vacío con dos de los tres finales es abrumadora. No pude deja solo a Geralt después de que Ciri le dejara para ser emperadora. 

 

[FIN DEL SPOILER]

 

 

Obviamente, todos estos objetivos están ahí puestos para que los vayas resolviendo a medida que juegas, no para que seas tan bobo como yo y te dé pereza hacerlos una vez llegas a Novigrado, ves que hay 200 como mínimi y los dejes de lado. No me arrepiento del todo de esa decisión porque me ha llevado a tener algo que hacer una vez terminado de The Witcher 3, y lo agradezco. 

 

Lo que quiero decir con todo esto es que el mundo de The Witcher 3 es bueno incluso cuando ya no tienes nada más o menos importante que hacer en él. Es un gusto explorarlo por el simple placer de seguir viendo el viento aullando, los animales correteando y los ghuls intentando morderte cuando tienes 30 niveles más que ellos. Ojalá en CD Projekt sean suficientemente listos como para habilitar un Nuevo Juego + para poder revisitar toda la historia sin tener que empezar de nuevo, porque es lo único que le falta para sacar aún más partido a estas bonitas tierras e islas.

 

No es la primera vez que un juego me deja con esa sensación de vacío, pero sí es la primera vez que consigo rellenar ese espacio con el propio juego, con lo que me deja hacer sin ton ni son, y es algo que parece que todos nos olvidamos comentar sobre The Witcher 3: la vida de su mundo es contagiosa y se puede disfrutar en sí mismo, sin objetivos ni nada más que hacer. 

<< Anterior Siguiente >>