1. Mundogamers
  2. Noticias

Y tú, ¿por qué juegas? La intencionalidad del videojuego

Diversos tipos de juego, plataformas y videojugadores
Por Rafa del Río

El otro día Dayo nos contaba en un fantástico artículo acerca de la diferencia entre cine y videojuegos que el maestro Shigeru Miyamoto, papi y abuelo de Mario y Link, nunca había concebido los videojuegos como una forma de hacer historia. Poco después, Victor nos hablaba de esa estupidez de pagar para que la empresa te pase el juego y limitarte a vetr las cinemáticas, y yo me lié ayer la manta a la cabeza para hablar de la necesidad de que los secretos estén bien integrados en el juego. 

 

¿Qué son los videojuegos?

Ya hemos discutido esto hasta la saciedad. Ya sean arte, cultura y/o mera diversión, los videojuegos están cada día más presentes en nuestra vida, y no dejarán de ser objeto de estudio para todos aquellos que, fascinados, caimos en sus garras hace ya unos añitos o acabáis de descubrirlos como la panacea al estress de la vida moderna. 

 

Los videojuegos son, ante todo, una forma de comunicación. Una forma de comunicación tan compleja que puede ser abstracta, concreta, directa, subliminal e indirecta. No son iguales los mensajes que aprehendemos cuando jugamos a Killer 7 o Hotline Miami que los que surgen de experimentar de primera mano la evolución de una sociedad en Civilizations o los que nos acompañan al correr a toda pastilla en Super Mario. Zelda, Ico o Brothers, a Tale of two Sons, pueden recurrir a la magia de la fábula para hacernos sentir determinados estados de ánimos que distan mucho de la experiencia de un Call of Duty o el fragor deportivo de un Fifa.

 

 

¿Cuál es la finalidad del videojuego?

La respuesta obvia, siguiendo la filosofía de Miyamoto, es la de entretener. Mencioné de pasada hace poco que el motivo del nacimiento de Spacewar! -el que para mí es el primer videojuego a pesar de esos alrades de computación que fueron en su momento Nimrod y OXO- fue el deseo de experimentar de primera mano toda la emoción de las batallas espaciales presentes en la más ligera ciencia ficción de principios y mediados del siglo XX. Un ansia de experimentación que venía de la mano del mero entretenimiento, pero que ya desde los inicios iba mucho más allá de él. 

 

¿Son los videojuegos entretenimiento? Sí, pero a su lado hay muchos más componentes, al margen de que se quiera o no forzar una historia, y así, este entretenimiento viene plagado de valores, enseñanzas, experiencias y mecánicas socioculturales que nos hacen comprender de forma intuitiva cosas como que a un gran esfuerzo corresponde una recompensa, que un sacrificio en pro del prójimo suele ser premiado, que actuar 'bien' es el fin último de la historia y, en definitiva, que bien está lo que bien acaba. 

 

Junto a estos valores preaprendidos -que surgen directamente de la tradición judeocristianos que bebe, a su vez, de la filosofía budista y los principios de las religiones mitraicas-, los videojuegos añaden otros componentes tales como el experimentar situaciones que no están a nuestro alcance, dar rienda suelta a la violencia que como seres humanos guardamos en nuestro interior, explorar mundos que sólo podemos soñar y saciar nuestros apetitos sociales -ser reconocidos, lograr el éxito, contar con el respeto de los demás, etc-.

 

 

Tipos de juegos y públicos

Obviamente no todos los videojuegos incluyen todos estos aspectos, y no todos los videojugadores se sienten atraidos por ellos. No hay más que ver la que se ha montado con la diversidad de opiniones en torno a Assassin's Creed o los desacuerdos que tenemos en redacción acerca de los diversos juegos que odiamos y nos gustan, para comprender que es tan imposible resumir el videojuego a una única funcionalidad como hacer lo mismo con la literatura y el cine.

 

Los videojuegos tienen tantos objetivos como tipos de público, y mientras algunos se contentan con entretener y distraer a base de mecánicas fluidas y pura jugabilidad, otros hacen lo contrario, complicando cada paso para transmitir una sensación de terror o de malestar al caminar por sus lóbregos escenarios. Hay títulos que educan con colores y formas suaves, a la vez que hay títulos que nos permiten enloquecer en un entorno falto de peligro para desahogar nuestro estress.  

 

Así, junto a juegos cuya jugabilidad nos invitan a adopotar un estado cercano al trance para esquivar objetos y evitar que acabe la partida, existen títulos qiue nos invitan a meditar nuestros pasos, a razonar el entorno que nos rodea o a experimentar para expandir nuestro mundo, incluso invitándonos a que seamos nostros quienes creemos el entorno que nos rodea

 

 

Y tú, ¿por qué juegas?

Esa es la pregunta que hago en el título, y si tienes una única respuesta estás desaprovehando el mercado y el extenso catálogo que tienes ante ti. Vivimos en un momento en el que el videojuego se reescribe a sí mismo a cada día que pasa, y lo que hoy es pésimo mañana se reinventa y pega un petardazo. Volvemos a estar en un momento de la historia en el que el videojuego tiene mucho que ofrecer, y ya sea arte, entretenimiento, historia, experiencia, aprendizaje, deporte, violencia o lo que sea que quieras en este momento, nunca está de más diversificar tus gustos y probar aquello que nunca pensaste que tegustaría. Al fin y al cabo, para eso están.

 

¡Nos leemos! 


<< Anterior Siguiente >>