¿Y si las portátiles fueran un mando?
El Cross Play es una de las cosas más maravillosas que se han podido hacer por las portátiles, y a la vez la peor. Con el Cross play, el mismo juego puede ser jugado en dos sistemas, uno de sobremesa y una handheld, compartiendo partidas, cooperativos y versus. Hemos visto cómo Sony presume de comenzar una partida en Play 4 y seguirla en la Vita. Es fantástico. Por una parte, las consolas mayores ganan en portabilidad y las pequeñas ganan en número de usuarios jugando a un determinado título, por lo que su online tarda más tiempo en morir. Algo que ayudará mucho a que Dragon´s Crown se mantenga en el tiempo o que Street Fighter x Tekken aún cuente con personas dispuestas a echar un versus.
Pero también es un cáncer para la propia portátil, para su misma existencia. Si puedo jugar en ella a un título de PS4 ¿para qué jugar a uno de la propia consola? Está claro que el apartado técnico no va a tener ni punto de comparación, entonces ¿por qué comprarme una portátil en primer lugar si voy a disfrutar de los juegos de la otra? Más si tenemos en cuenta el antecedente de Wii U, que puede ser todo lo patatera y fiasco que tú quieras pero ha puesto en nuestras manos el mejor gadget en años. Sí, ese mando enorme que refleja una realidad: no hace falta gastarse ciento cincuenta euros a mayores para jugar con la televisión apagada. Basta con ponerle una pantalla al mando
Si bien es cierto que hay un grupo de jugadores que se lleva la consola a todas partes, al bus, al tren y al pueblo, no son la mayoría. Menos ahora que las baterías duran menos que fumarse un cigarrillo. La mayor parte de gente que yo conozco, disfrutan de la portátil en su misma casa, por lo que los problemas de portabilidad del mando de Wii U no lo son tanto. Además, con la tecnología y el tiempo adecuado, este problema debería quedar superado, hasta conseguir que ese mando sea una auténtica portátil.
El mando de la propia PS4 ya invita al cambio a través de su estética al habérsele añadido esa pantalla táctil central. Al mismo tiempo, La propia Vita cada vez parece más un pad de sobremesa, como si de un modo natural los dos mundos se acercaran hasta transformarse en el mismo, unidos por el Cross Play, el Cross Buey y el sentido común. El móvil ha ganado la batalla a las portátiles, es normal que ellas busquen un nuevo terreno, transformándose en otra cosa. En un mando.
<< Anterior Siguiente >>