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Xehanort. El doctorando de la oscuridad

El auténtico protagonista de Kingdom Hearts
Por Adrián Suárez Mouriño

Aprovechando que estamos en la semana de Kingdom Hearts y que ya no me dejáis hablar de Dark Souls, pues os sigo dando la paliza con el primero, otro de mis grandes fetiches (algún día llegaré a Soleil). Estos días he estado dándole duro a la reedición HD y leyendo muchísimo sobre todo lo relacionado con la serie, para acabar de ordenarlo todo y de paso echarme unas risas con los “apaños” que han hecho a nivel narrativo para que todo encaje, paradojas temporales y pérdidas de memoria incluidas, pero entre todo eso destaca un tipo, el malo principal de la serie: Xehanort, el doctorando de la oscuridad.

 

La historia de Xehanort es muy interesante, o al menos a mí me lo parece, puesto que suya es la motivación que me parece idónea para cualquier malo que se precie. Esta no es ser malvado porque sí o querer dominar el mundo u obtener poder sin más. Lo que motiva a Xehanort es perseguir de manera obsesiva el conocimiento absoluto, algo imposible de saciar. Por supuesto, el objeto de su sed de sabiduría es Kindom Hearts. Poco a poco, la historia que se cuece en los banquillos de Kingdom Hearts habla de él, de un hombre que nació y vivió en las Islas Destino, que luchó en la Guerra de las Llaves Espadas junto con Yen Sid y Eraqus y que, tras ellas, siguió persiguiendo más y más conocimiento sobre el propio Kingdom Hearts, y esa misma búsqueda de conocimiento le pudrió el cerebro.

 

Xehanort acabó experimentando con Ventus para dejarlo medio muerto en Las Islas Destino y crear a Vanitas a partir de la oscuridad de su corazón y posteriormente, y a partir de ambos la Espada X; no sin antes permitir a Ventus conocer a Roxas e instalar una parte de él en su corazón: la semilla que daría origen a Roxas.

 

 

A partir de este punto en el que abandona la experimentación con Ventus (a inicio de Birth by Sleep) Xehanort guarda un maravilloso parecido con otro de los villanos de anime mejor escritos: Orochimaru, otro gran malo al que solo le interesa aprender y ser más sabio. Orochimaru no entiende de naciones ni de ego, solo quiere seguir aprendiendo. En el último tramo de Naruto, resulta (ojo, spoilers) muy interesante como Orochimaru vuelve a aliarse con la Hoja, porque se descubre que él nunca fue bueno o malo, solo quería conocimiento y, en ese momento, volver con la hoja era lo adecuado. Xenahort es parecido, y como él, tiene un miedo cerval a envejecer y morir. Y Orochimaru se fija en Sasuke mientras que Xehanort lo hace en Terra.

 

En lo que falla el snake eater de Kishimoto acierta el de Nomura, y de la fusión de Terra y Xehanort viejales sale Ansem, aunque desmemoriado (primer gran fallo de Kingdom Hearts: hacer en este tramo un punto y aparte a través de esta amnesia tan oportuna para poder conectar con el original). Ansem (en realidad Xehanort pero “aTERRAdo”, ja-ja) se posiciona como alumno del auténtico Ansem, el explorador de Kingdom Hearts y que luego se hará llamar DiZ.

 

Lo que sí es interesante aquí es que este Xehanort se corrompe y vuelve a obsesionarse con conocer más y más de Kingdom Hearts, le corrompe la oscuridad, usurpa la personalidad del auténtico Ansem y brotan de su cuerpo el Ansem Sin Corazón (malo de Kingdom Hearts 1) y Xenmas (incorporeo o nobody de aquel). ¿Y qué persiguen ambos?

 

Al final toda la organización XIII construida en torno a Xemnas ansían la resurrección de Xehanort, aunque digan que quieren volver a estar completos (luego se nos dirá que sí que tenían corazón) ubicando una parte de este, del Xehanort original que habita en el vacío, en cada cuerpo de ellos y alcanzar Kingdom Hearts en un choque equilibrado entre luz y oscuridad; pero claro, la Organización XIII no acaba siendo la idónea (demasiados recipientes pochos, Roxas incluido)  y para ello se forma la nueva organización XIII de la que se habla en Dream Drop Distance y de la que hemos visto la mitad de sus componentes a cara descubierta, siendo la otra parte a quienes les daremos cera en Kingdom Hearts III, para impedir  que, ahora que tanto Ansem Sin Corazón como Xemnas han caído, el auténtico maestro vuelva a alzarse puesto que su corazón y su cuerpo derrotados tenderán a unirse.

 

¿Y cómo sabía Ansem tras perder la memoria tras fusionarse con Terra cómo liar todo esto? Sencillo (bueno, "sencillo" es un decir), gracias a la segunda cagada de trama de Kingdom Hearts: porque Ansem en su versión sin Corazón viaja al pasado para conocer al joven Ansem, enseñando a este a viajar al futuro y quedándose este en el tiempo presente para liar todo lo del Kingdom Hearts original. Agárrate que vienen curvas.

 

 

Lo sé, un lío, pero pese a los dos trozos de fiso que se le pone al argumento para que encaje hay una cosa absolutamente buena: Xehanort, que aunque pierda la memoria, aunque se parta en más partes que un Lego, aunque se le derrote, siempre vuelve en busca de más conocimiento, con una absoluta necesidad de obtener más, y eso es algo que me encanta de este tipo. Incluso aprendiendo a viajar en el tiempo y enseñando a hacerlo hacia el futuro.

 

Eso sí, más una reedición en HD, lo que haría falta es limpiar todo este embrollo, quizás incluso reseteando la serie de una manera más limpia para que Xenahort estuviera incluido desde el principio y sin tantas grapas para sujetar las distintas eras del juego. Tengo mucha fe en Kingdom Hearts III; no por Sora, no por Riku, sino por saber más de Xehanort, el doctorando de la oscuridad y auténtico gran héroe de Kingdom Hearts. Ah, y si veis que me he equivocado en algo, o se me ha escapado algún detalle, por favor decídmelo en los comentarios ;)


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