Xbox One y PS4, el regalo preferido de los Reyes Magos y los Emperadores Paganos
La realidad me ha dado en los morros esta Navidad con la fuerza del cariño y las cuentas pendientes que sólo la familia -sí, sí, a lo siciliano- sabe utilizar. Tras currarme un texto guapísimo de cómo Nintendo Switch iba a usarnos de comerciales para venderse estas navidades, llegan mi hermano y mis cuñados y se cargan todas mis predicciones preguntándome por... Xbox One y PS4. Todo por fastidiar, lo sé.
De nada han valido los más de 10 millones de ventas de Nintendo Switch ni el estar jugando a Skyrim o a Zelda en la pantalla pequeña. 'Quita esa tablet, que no es eso lo que te estoy preguntando'. Al final el protagonista de estas fiestas no ha sido mi querida Nintendo Switch que pensé que iba a arrasar, sino las ofertas de black friday y los packs de venta actuales, que han logrado colocar PS4 y Xbox One a precios imbatibles en casas que hasta ahora ni se lo planteaban.
Una generación que se devalúa muy rápido
Cuatro años han bastado en esta ocasión para que el público general -ese para el que tener lo último de lo último no es una necesidad y que no sitúa los videojuegos en sus prioridades- haya accedido al fin a las nuevas consolas de Sony y Microsoft. Un movimiento de conquista previsible que no pude prever, obsesionado como estaba con fardar de Switch, y que ejemplifica de forma magistral todo lo diferente que ha incluído esta nueva generación de consolas de sobremesa.
El lanzamiento de varias versiones de una misma consola en pocos años con PS4, PS4 Slim, Xbox One, Xbox One S y sus difertentes capacidades de almacenamiento se ha unido a PS4 Pro y Xbox One X para dar como resultado una generación de consolas de sobremesa en la que las primeras plataformas 'fat' se han devaluado rapidísimo. ¿El resultado? plataformas de juego compatibles con los últimos lanzamientos actuales que se pueden conseguir por muy poco dinero en packs que incluyen juegos, suscripciones, varios periféricos y más.
El público general conquista la nueva generación
PS4 y Xbox One ya son una realidad -o están a punto de serlo- en muchos hogares españoles como el regalo favorito de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente y de otros Emperadores Paganos. Esto se traduce en un más que jugoso aumento en las bases de usuarios de ambas compañías con un perfil de jugador muy delimitado que generalmente tira de suscripción, compra uno o dos juegos de lanzamiento al año y abusa de las ofertas de juegazos que estaban deseando catar.
¿Y esto afecta al usuario ya asentado de estas plataformas? Pues sí, indudablemente. En primer lugar, afecta a las partidas de juego en red con un aumento notable de la comunidad online tanto en títulos de pago como en f2p que reciben una más que necesaria inyección de nuevos jugadores en sus servidores. Niños rata algunos, sí, pero niños ratas que vienen muy machacados tras más de diez años con PS3 y Xbox 360 y que están deseando probar de primera mano de qué va eso de Fortnite y PUBG.
Por otro lado, la entrada en esta generación de nuevos jugadores se traduce en ingresos para las compañías y la posibilidad de recolocar sus clásicos y viejos juegos a este público recién llegado. No hay más que ver los packs de Ubi con varios Assassin's Creed a bajo precio, el recopilatorio de Uncharted o los nuevos ingresos en el catálogo de Xbox Game Pass.
Finalmente, esta llegada a una situación que, hasta la fecha y obviando a las portátiles de Nintendo no solía darse hasta casi finales de la generación, son un revulsivo importante para ambas compañías. Un motivo para que Sony continúe con el desarrollo de exclusivos y una segunda oportunidad para que Xbox One alcance el público que merece y pueda cumplir todas sus promesas de juegos propios manteniendo unos servicios y unas suscripciones que son una de las mejores formas de tratar al usuario.
Así que bienvenidos, nuevos jugadores, poneos cómodos y disfrutad.
¡Nos leemos!
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