Xbox One: pasos agigantados hacia el desprecio del jugador medio

No sé qué pensar cuando toca dar noticias así. La verdad es que no me imagino a los altos mandos de la división de videojuegos de Microsoft tocando el botón de la auto-destrucción sin pararse a pensar qué les reportará y qué pasará cuando lo presionen. Una vez presionado, aparecen nuevas informaciones sobre las conexiones a la red, la segunda mano o el préstamo de un juego a un amigo o conocido, se te queda cara de palo y la red explota. Vale, estamos hartos de hablar de esa 'mayoría silenciosa' que no está en Facebook, Twitter y foros, pero dudo que esa gente sea ajena a la segunda mano, al préstamo de juegos o a la conexión obligatoria. ¿Qué pasará cuando esas noticias lleguen a esa 'mayoría silenciosa'? Os reconozco que la curiosidad me puede. Comencemos.

Al final parece que no tendremos que estar conectados para jugar a nuestra Xbox One, pero la solución definitiva no parece que vaya a ser del agrado de los jugadores que temían la presente posibilidad: desde Redmond se ha confirmado que la conexión a la máquina será obligatoria, al menos, una vez cada 24 horas en caso de estar en nuestro sistema y cada hora en caso de disfrutar de una sesión en una consola que no sea la nuestra. Los motivos esgrimidos por la empresa hablan de la nube y de la necesidad de los desarrolladores de apoyarse en ella para brindar contenido y soporte extra a los juegos.

La noticia ha sentado como una chispa a la pólvora, y muchos jugadores ya andan preocupados ante la peculiar y polémica norma. ¿Qué pasaría en caso de que no se hiciera el chequeo diario en la red? Fácil: no podremos jugar a nuestros juegos, que necesitan, según parece, obligadamente ese chequeo para poder funcionar (aunque sea desde un terminal móvil). Eso sí, en caso de no poder conectarse, el aparato de vaya usted a saber cuantos cientos de eurodólares podrá, y cito textualmente, 'disfrutar de películas en Blu-Ray y ver la televisión'. Gracias por la aclaración chicos, era muy necesaria.

Nuestros juegos podremos dejarlos a otros amigos, pero para ello tendrán que darse dos circunstancias: el primero es que seamos amigos en el Xbox Live; el segundo que nuestra amistad sea de más de 30 días. Según podemos ver, ese préstamo únicamente podrá hacerse una vez y no se ha confirmado todavía que podamos usarlo en una tercera máquina de forma simultánea. Viendo la presente circunstancia, no tenemos claro si podremos dejárselo a una tercera, cuarta o quinta persona o si podremos rescatarlo de alguna forma tras nuestro primer uso y posterior devolución a su dueño. Dantesco.

En la segunda mano, de la que también quedan muchas preguntas por resolver, por cierto, Microsoft no se acaba de mojar. Deja el pato a las third parties y les dejará decidir si sus juegos entran en los cajones de los Game y Gamestop de turno. Parece que los americanos tendrían algo llamado 'tiendas de confianza' de lo que todavía no hay información, pero no sería extraño que se tratase de centros adscritos en los que ellos pudieran intervenir de alguna forma en el intercambio económico entre tienda y dueño del juego. De momento, los alquileres, parece que se los han quitado de un plumazo.

¿Sabéis qué es lo malo de todo el asunto? Que nada parece claro al 100% todavía. No se nos garantiza alternativas potables a la no conexión, no se nos explica qué pasará si nos da por dejar juegos a otros jugadores más allá del segundo y las respuestas, por el momento, parecen de todo menos claras. Ahora queda seguir esperando nueva información y nuevas noticias sobre el sistema y lo que vendrá en Xbox One, pero definitivamente, no vienen buenas noticias y comenzamos a comprender los motivos que han llevado a cancelar ruedas de prensa posteriores a la conferencia: no parecen tener respuestas para nadie, y menos definitivas.