World of Goo desata su potencial en Nintendo Switch
Tras lucir palmito airoso en plataformas tan dispares como Nintendo Wii, PC, Android e iOS, los simpaticos Goos de 2D Boy llegan finalmente a Nintendo Switch en una oferta que no podrás rechazar si te gustan los juegos sencillos y simpáticos, las construcciones imaginativas y los puzzles endiabladamente complicados. A pesar de su aspecto infantil, World of Goo oculta los que posiblemente sean los puzzles físicos más peliagudos a los que he tenido el placer de enfrentarme en los últimos meses.
Save the Goos!!
La premisa de World of Goo es terriblemente sencilla: salvar los Goos. Con esta sencilla base se desarrolla un juego que a muchos les recordará a otros títulos como el brillante Badland de Frogmind, o el ¿Dónde Está Mi Agua? de Disney Mobile, en los que lo importante es lograr que el máximo número de personajes logren llegar a la meta final, ya sean estos simpáticos pompones negros, gotas de agua o, como en este caso, Goos: unas curiosas bolitas parecidas al chapapote que vienen en muchos colores, cada una con sus poderes y debilidades.
Pero no os confundáis, World of Goo sólo se parece a los juegos mencionados en su objetivo final: hacer llegar a todos los Goos posibles a la meta. Más allá el juego no tiene nada que ver, y mientras el título de Frogmind nos invitaba a controlar el vuelo y salto de nuestros duendes del polvo por laberínticos escenarios plagados de trampas y el de Disney Mobile nos animaba a rascarnos la cabeza en busca de la mejor ruta para poder ducharnos, World of Goo lo que nos propone es realizar construcciones, sencillas al principio pero cada vez más complejas, con las que elevar -o descender- a nuestros Goos en su ruta a la libertad.
Para ello, los Goos cuentan con una curiosa habilidad: crean una especie de hilos pegajosos entre ellos formando lo que parecen estructuras moleculares creadas con el simbionte alienígena de Spidey -o por Venom, para los profanos- por las que pueden transitar libremente con el fin de alcanzar lugares imposibles, esquivar multitud de peligros y abrirse una ruta hasta la tubería de escape. Parece sencillo, pero creedme, no lo es: las estructuras que creamos son elásticas y tienen una física estupenda que atiende a cosas como la gravedad, la fuerza centrífuga y centrípeta y la inestabilidad del terreno, por lo que pronto nos encontraremos sacando punta a nuestro ingeniero interior si no queremos volvernos locos al crear estructuras estables capaces de esquivar pinchos, rodillos, trampas, elevar puentes, mantenerse en plataformas móviles y un largo y deliciosamente complejo etcétera.
Afortunadamente el juego, que de primeras puede parecer algo tontorrón, incluye una gran variedad de situaciones en nuestro éxodo Goo con múltiples escenarios con una preciosa estética muy plástica y agradable, en la línea del Dr. Seuss, afín a la estupenda música que parece creada por Danny Elfman y cuyo autor, Kyle Gabler, ha subido gratis a su portafolio por si queréis disfrutarla. Junto a los múltiples escenarios y situaciones tenemos también varios tipos de Goos como el albino, que tiene cuatro enlaces y se solidifica; el verde, que es pegajoso y tiene tres enlaces, si bien son bastante débiles; los rojos -globos-, que al enlazarlos se convierten en globos que soportan nuestra estructura, aunque también los hay rojos -incediarios- y un montón de tipos más que deberéis descubrir por vosotros mismos y que incluyen bombas, calaveras, infectados y moscas blancas, que nos permitirán borrar el último movimiento si hemos metido la pata.
Jugándolo en Nintendo Switch
World of Goo es un título interesante a tener en cuenta por los amantes de los puzzles retadores y las físicas bien implementadas, y cuenta con ese momento querer tirar la tablet o mando por la ventana que hace grande a todo buen juego de retos que se precie. Ha funcionado bien en todas sus plataformas, pero sin duda la ideal es Nintendo Switch, ya que auna en una sola consola dos modos de juego muy diferentes entre sí, ya sea con el JoyCon derecho como wiimote, o aprovechando la pantalla táctil del modo tablet de Switch como si estuviéramos jugando en Android o iOS.
Respecto al modo 'Wii', usaremos el JoyCon derecho -el rojo, o el gris con el positivo- apuntado a la pantalla, cogiendo los Goos y moviéndolos por el escenario a nuestro antojo en la pantalla de la tele. Cabe decir que la captación del mando es mucho mejor que en Wii, y por si fuera poco, tenemos la posibilidad de cambiar el sensor cada vez que nos apetezca apuntando al centro del televisor y pulsando +. Esto reinicia la detección del mando 'in game' sin necesidad de salir a otras pantallas ni de complicadas configuraciones. Sin embargo, y por divertido que sea el modo Wii, World of Goo sigue respondiendeo mejor en el modo tablet, donde las fases que requieren que respondamos con rápidez y agilidad son mucho más amables al tener el control del dedo sobre la pantalla, mucho más preciso y rápido que el apuntado del JoyCon.
En definitiva, estoy disfrutando bastante con Wold of Goo. No es el típico videojuego de consola ni mucho menos de PC, pero si eres de los que viaja con Switch y te gusta la filosofía de los juegos de móviles, World of Goo tiene muchas, muchísimas cosas buenas con las que tenerte enganchado muchísimas horas a su particular visión de la ingeniería de estructuras.
¡Nos leemos!
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