Wolfenstein para Switch. ¿La prueba de fuego para las thirds?
Sería su primer test de potencia bruta

Como ya comentamos en el reciente MG Podcast, una de las grandes sorpresas del Nintendo Direct fueron los dos nuevos apoyos de Bethesda a Nintendo Switch, uno en calidad de port de un juego de mayo de 2016 siendo el caso de DOOM, y otro en calidad de nuevo lanzamiento pospuesto hasta 2018 con respecto al resto de versiones: Wolfenstein II: The New Colossus. No sé a vosotros, pero a mí me resultó algo gratamente inesperado.
El apoyo de terceros desarrolladores a Nintendo Switch es algo que todavía está en su fase embrionaria, a pesar de un 2017 que asienta una buena base de cara al futuro, y es normal que los sellos distribuidores todavía tengan cierta cautela a la hora de apostar por la consola híbrida; una máquina con una potencia inferior al de sus competidoras, aunque todavía no sabemos hasta qué punto. Acaba de salir del cascarón. Xbox One y PS4 pronto cumplirán cuatro años entre nosotros, tiempo suficiente para empezar a ver su techo técnico, pero con la consola de los Joy-Con no ocurre lo mismo.
Como bien sabréis, en el mundo de las plataformas de sobremesa no todo se reduce a las cifras y a las especificaciones técnicas de un sistema. Aunque el músculo también pesa, cuanto más tiempo se desarrolla para una consola más conocimiento se tiene sobre la misma y más se exprime su jugo, por eso mismo el catálogo inicial de cada una se acerca más a lo que se puede ver en los últimos coletazos de la generación reemplazada que a lo que verdaderamente definirá los grandes juegos, gráficamente hablando, de la presente. Con el anuncio de Wolfenstein II: The New Colossus para Nintendo Switch, el horizonte de lo segundo podría empezar a verse.
Hablamos de un juego que mostró un más que solvente despliegue visual en su tráiler, un título representativo de la actual generación que nadie intuyó que pudiese llegar a Switch al anunciarse. Pero así será, y aunque todavía esté por demostrar hasta qué punto habrá diferencias, todo apunta a que la consola no debería tener problemas en acoger los muchos otros lanzamientos de PS4 y Xbox One durante los tres años vista que les deben quedar a las máquinas de Microsoft y Sony. De hecho, debería estar más cómoda en ese sentido a medida que los desarrolladores se acostumbren a trabajar con ella.
Hay muchas incógnitas sobre la mesa, pero es indudable que Switch está contando con más oportunidades que su antecesora para incorporarse a la oferta multiplataforma. Cómo y cuándo son las grandes preguntas, pero si en 2018 recibimos un The New Colossus que salve las distancias con respecto al resto de versiones sin recurrir al argumento de que este es portátil, las respuestas podrían ser muy interesantes. Esa es la prueba de fuego, y prácticamente ya tiene fecha.

