1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

Wolfenstein II: The New Colossus se lo debe todo a sus personajes

Sin ellos no hay historia
Por Julián Plaza

Puede parecer contradictorio, pero en un juego centrado en disparar a nazis como es Wolfenstein II: The New Colossus una mala historia puede pasarte factura. Estamos acostumbrados a que la oferta de shooters bélicos aglutine obras con una marcada voluntad patriótica, la defensa de las banderas y unas dosis de intensidad que termina acercándose más al ridículo que a lo que originariamente se pretende. ¿Pero qué pasa si abrazas la autocrítica desde un principio?


Aunque el desastre sigue siendo posible, con las ideas bien amuebladas puede parirse algo como lo que ha conseguido MachineGames mediante el regreso de Blazkowicz al terreno de juego. Rafa ya lo comenta en el análisis; hay veces que el juego tropieza y se queda en terreno de nadie, pero también ofrece una cantidad inusual de situaciones bizarras que exprimen al máximo la temática del juego, donde no faltan teorías conspiranoicas, giros de guión hilarantes, humor negro y mucha, mucha mala leche, aunque bien envasada, condensada en un elenco de diez.

 

Wolf

Un hogar en mitad de la guerra


Si hay algo en lo que el juego destaca más allá de su propuesta jugable es en el carisma, en lo bien dibujado que está el generoso reparto de personajes de una aventura con un claro protagonista, sí, pero que no por ello descuida el trato al resto de gente, la encargada de salpicar de color esta historia. Aunque en el estudio se bastan con un par de características para definir a cada miembro de la crew que acompaña a Blazkowicz, lo verdaderamente acertado está en cómo cada uno se retroalimenta del resto, en la interacción para dar lugar a situaciones en las que es difícil no caerse de la silla.


Es complicado tomarse en serio un contexto con nazis pilotando naves que se ve amenazado por poco más de diez personas escondidas en un submarino robado, especialmente cuando entre ellas hay un científico con un gato con cuerpo de mono. Pero la acrobacia final de todo el guión está en saber acoger al drama en mitad del circo, con más tacto y sensibilidad de lo que cabría esperar de una aventura que podría pasar por tira cómica. Te encariñas de unos personajes sencillamente entrañables y es difícil que no termines preocupado por William, a pesar de haber reído sin parar hace quince minutos.

 

Wolf

Y todo viene rematado con una villana a la altura de la situación

 

Wolfenstein II: The New Colossus consigue algo bastante difícil. Ofrece algunas de las escenas con más peso, seriedad y madurez que veréis este año en un videojuego, pero luego es capaz de parodiarse a sí mismo en una maniobra que, aunque parezca increíble, termina encajando en su propia lógica disparatada. Vine aquí a pegar tiros y me quedé a escuchar una historia.



<< Anterior Siguiente >>