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Wii U se la juega en el primer año

Atraerá a los hardcore?
Por Jaume Esteve Gutiérrez

Sé que el titular es una perogrullada, pero parémonos a pensarlo por un momento. Durante este lapso de tiempo Nintendo competirá de tú a tú con Sony y Microsoft, en igualdad de condiciones. Es su momento para dar un puñetazo sobre la mesa y recordar a todo el mundo que no se lo van a poner nada fácil.

 

Le doy un año de plazo a Wii U porque ese es el espacio de tiempo que todos en la industria se marcan hasta la salida de las nuevas consolas de Sony y Microsoft, momento en el que los jugadores hardcore van a dar, supuestamente un paso al frente. O no. ¿Está en la mano de Nintendo? Todos tenemos más que claro que Wii U va a competir en desventaja cuando hablamos de potencia gráfica respecto a la competencia, por lo que una de las tácticas a seguir puede ser la de exhibir músculo económico y atraer exclusivas a su consola.

 

No nos engañemos, Bayonetta será un título de culto y Platinum nos parecerá la repera, porque lo son, pero las ventas del primero fueron... discretas. El título tiene una legión muy fiel de seguidores, como ya hemos podido ver por sus reacciones ante la exclusiva, pero un desarrollo de estas características tiene unos costes y supone unos riesgos que SEGA no quería asumir ni de coña.

 

The Wonderful 101

 

Ahí es donde entró Nintendo. Y ahí debería entrar más a menudo, al menos en estos primeros meses. Wii U necesita tanto de exclusiva (la alianza con Platinum puede ser un movimiento muy certero) como de la primera línea de juegos (Call of Duty, gran movimiento) para ganarse el favor del jugador hardcore, al que le lastra el recuerdo de la primera Wii, una consola demasiado centrada en el juego familiar. Irónicamente, el mayor lastre para Wii U es el legado que le deja su antecesora, algo así como cuando un grupo saca un disco tan rematadamente bueno que sabes que ya no van a poder repetirlo. A su manera, Wii ha cambiado, y tanto, la imagen que los jugadores tradicionales tienen de Nintendo, que estos miran a Wii U con recelo.

 

Les entiendo perfectamente, ojo. Fui el primero en desconfiar de la consola hasta que la pude probar en el E3 y hasta que me quedé asombrado con los anuncios del otro día. El hecho de que Nintendo se haya puesto las pilas en muchos aspectos, incluido el online (bravo por esa especie de foros específicos para cada juego) demuestra que la que viene es una generación en la que no van a valer las medias tintas y todos los contendientes van a luchar por todos los nichos de mercado, se llamen casual o se llamen hardcore.

 

Un último punto que creo que favorece a Nintendo de cara a la siguiente generación -pura especulación, no os voy a engañar- es que me da que la brecha visual no va a ser tan marcada como en esta generación. Llevo meses con la mosca detrá de la oreja que el paso a las nuevas máquinas va a ser un salto más cercano al que experimentamos desde PS1 a PS2 que el que vimos, asombrados, con la llegada de la alta definición. Una vez más, ahí Wii U puede tener un aliado en esas nuevas formas de juego que promete. Sea cual sea el resultado final, Nintendo tiene que echar toda la carne sobre el asador durante estos próximos doce meses.


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