1. Mundogamers
  2. Noticias

Watch Dogs 2 está genial, pero arrastra la mala fama de su precuela

El factor `pecado de los ancestros´ se la juega a Ubi
Por Rafa del Río

El oto día colocaba en mis redes sociales una foto de los regalos qe los reyes magos habían visto a bien ponerme junto a los zapatos tras un año de ser un niño muy bueno 'con voz de gárgola' que no ha matado a nadie ni nada de eso en toooodo el 2016. Los componentes de la foto molaban mucho: Una camiseta con el logo Taxico de los chocobos, un mando de Play de chocolate, una botella de Jack Daniels del caro -single barrel hand select- y las ediciones guapas de The Last Guardian y Watch Dogs 2.

 

No llevaba ni media hora la foto colgada cuando empezaron los cachondeitos con el juego de Ubisoft. Comentarios de coñita con que 'menudo regalazo jajaja', 'uy, eso es como el carbón, ¿no?' y demás que me llevaron a preguntar a mis colegas -todo esto ya por privado y sin la presión del tendido aplaudiendo el chiste fácil y el chascarrillo casposo de moda- si habían jugado al juego o lo decían por decir. Y claro '¿Jugar a eso? ¡Ni de coña!'. Un nuevo caso de crítica por críticar, de machaque por machacar y de fusile por fusilar: sin haber probado el juego y que, además, no se ajusta a la realidad. Por que lo siento, chicos, pero...

 

y3 13

 

Watch Dogs 2 está de puta madre

Y me váis a permitir el taco en este artículo porque van muy en consonancia con el lenguaje del que Ubisoft tira para mostrarnos un juego que se ríe en la cara de su precuela, que arregla muchos de los fallos que arrastraba ese primer intento de meternos en el mundo digital de tintes orwellianos de Watch Dogs y que muestra una jugosa mezcla de estilos muy divertidos que no renuncian a lo que ya sabían hacer bien en la primera parte y lo potencian con mejores interacciones, mejores formas de juego online y mucho, mucho más sentido del humor en su ácida críticia a la sociedad

 

Watch Dogs 2 es la mezcla perfecta de juego de Volition con un planteamiento sarcástico y cachondo que recuerda al tercer Saints Row, estética inFAMOUS Second Son con una ciudad joven que late al ritmo del hipterismo desbocado y que resulta orgánica, entretenida y digna de ver en todos sus rincones, y universo Watch Dogs con todas las típicas pijaditas de espiar con el móvil, interactuar de lejos con la ciudad y convertir su mundo en un divertidísimo escenario de juego en el que expresarnos libremente a nuestras anchas y pasarlo genial, sin complejos. 

 

y2 14

 

Watch Dogs 2 es un gran juego

Pero quiero que os fijéis sobre todo en la última palabra: juego, porque es alrededor de ese concepto, el de juego, que se construyen todas las mejores cosas que Ubisoft ha sabido hacer para esta secuela que está más que a la altura del periodo que vivimos y que, lamentablemente, ha sufrido del factor 'pecado de los ancestros' y se ha visto muy limitado en ventas por culpa de su primera entrega. 

 

Pero hacedme caso, si os tomáis Watch Dogs 2 como el videojuego que es, váis a encontrar una divertidísima aventura en la que se ha olvidado el tono Tom Clancy y William Gibson de su primera entrega para ofrecernos un punto de vista mucho más fresco y liberador que hace que cumplir misiones, pasear y cotillear a las gentes de esta ciudad sea toda una gozada. La visita a las oficinas de Google... perdón, Nudle y su imperialismo chachi y divertido con colorines, toboganes y bombillas; el paseo por las míticas Twin Peaks, recorrer las calles de una hyperhipterizada Silicon valley y el tono de cachondeo con el que tratan algo tan serio como la época de la información en la que vivimos, en la que la proteción de datos es una broma pesada, francamente, me enamora.

 

y6

 

Algo más que robar y piratear cosas

Lo mejor es que Ubisoft se atreve a tratar de forma ligera una serie de temas que no son para tomárselos a cachondeo, y lo hace con una serie de figuras y tópicos que están ahí pero sin alardes, dejando que sea el jugador quien les de la importancia debida a lo que ve. Watch Dogs 2 incluye un protagonista torpe, pringado y pardillo, un antihéroe con el que es fácil identificarse o identificar al empollón de su clase, y junto a él tenemos un catálogo de desheredados que, por incluir, incluye hasta a un personaje asperger, Josh. Lamentablemente para ubisoft, lo incluye como algo normal, sin necesidad de darle todo ese bombo y platillo de Seasons of heaven que le han ganado, a pesar de no saber nada de él y de haber mentido sobre la exclusividad en Nintendo Switch, el aplauso de las partes más susceptibles del mundillo. 

 

Y en este mismo tono de incluír sin hacer hincapie en lo que incluímos van el resto de elementos que hacen de Watch Dogs 2 un juego muy a tener en cuenta: ataques directos a los monopolios de las redes sociales, que bajo el nombre de 'sinergia' recopilan todos los datos en el puño de los mismos nombres; un desafío a la cienciología que pocos antes se han atrevido a realizar -recordadme que algún día hablemos de Ron Hubbard, sus libros y su labor como creador de la secta-, y una defensa a ultranza de los derechos el colectivo LGBT que se refleja en su reflejo -valga la redundancia- de la campaña Transform y que a los largo de 2016 ha luchado por los derechos de las personas al margen de su orientación sexual, con especial atención a las personas transgénero.   

 

En definitiva, Watch Dogs 2 es un gran juego que, como pasó con Syndicate, está pagando los pecados de sus ancestros y no está logrando el éxito debido por culpa no sólo de ese capítulo original que decepcionó a muchos, sino también de todo este boca a boca de desmerecer un juego que no hemos jugado sólo porque alguien ha dicho tal o porque en un vídeo -manipulado- del youtuber de moda se ve que falla. No digo que os lo compréis, aunque os estáis perdiendo algo realmente divertido, pero sí os pido que dejéis de alabar a un juego o fusilarlo en base a las opiniones de los demás y sin haberlo probado. Vivimos en la era de la información, y es justo en esta era, cuando más desinformado parecemos estar por culpa de un superhabit de datos que, al final, resultan tan veraces como las declaraciones en televisión del político de moda. 

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>