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Volviendo a The Witcher 3. El diseño de los retornos

Cómo recoge el juego a un jugador extraviado
Por Adrián Suárez Mouriño

Volver a un videojuego, a veces, se hace muy cuesta arriba. Puedes no acordarte ni de qué demonios tenías que hacer, cómo o por qué. Esta última temporada he enganchado Bloodborne, The Witcher 3 y Batman Arkham Knight. Empecé por el primero pero claro, a medida que salían los demás me los he ido pillando; por eso de la compra compulsiva tonta que invade a todo jugador de bien: querer adquirirlo todo aunque tenga ya cosas a las que jugar; sí, ese sentimiento que te hace mirar ofertas cuando no tienes pasta y sí muchos títulos a los que darle amor en casa.

 

El caso es que los dos primeros los tengo a medias, y ahora que por fin me he llegado al final de Arkham Knight, es hora de retomar los anteriores. Como en Bloodborne me quedé enganchado pues decidí volver a ponerme en la piel del brujo. Aquí, de nuevo, The Witcher 3 muestra lo bien diseñado que está y cómo preparar un videojuego para poder dejarlo tras una larga temporada y volver a él de una forma cómoda. Es posible que esto esté relacionado con la intención de CD Projekt RED de sacar para el título esas expansiones que presumen de ser tan grandes como el propio The Witcher 2, construyendo, justamente, un videojuego que nos acompañe durante una larga temporada y al que regresar de manera recurrente.

 

 

Esto es algo en lo que puedes no fijarte si lo juegas entero de una sentada, pero sí si vuelves a él tras unos meses. Los tiempos de carga se diseñan para recoger la trama hasta el punto en el que te encontrabas, en la parte inferior derecha del HUD vemos un resumen de nuestras acciones en combate y si te pierdes con lo que les ha ocurrido a los personajes protagonistas siempre puedes recurrir al glosario. Este, a su vez, se compone en tiempo real, narrando la historia de uno u otro tipo en marcos concretos en función de lo que ya sabes de él. De paso, invita a retomar la trama a partir de ese punto.

 

Bloodborne, por el contrario, es un videojuego mucho más áspero en este sentido. Si lo has dejado durante una larga temporada y no eres Bruno Louviers, maestro cazador, es común que los controles se te olviden y que el lore se desdibuje en tu mente. Esto atiende también a la naturaleza de cada juego. El videojuego de From Software juega al despiste, a que te imagines la historia general de una manera emergente, mientras juegas; por su parte, The Witcher 3 es la reconstrucción de una trama que necesita que recuerdes todo lo que has visto. Ambos títulos muestran dos maneras de recoger al jugador tras un largo tiempo sin verlo, y por supuesto, Bloodborne también es cabrón en este punto.


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