Volviendo a Batman: Arkham Knight. ¿El mejor Batman?
Como en el cine, en el videojuego también es difícil quedarse con un Batman. Los más nostálgicos recordarán Batman: The Movie, de ZX Spectrum, o el más que solvente The Adventures of Batman & Robin -del que bebe ni más ni menos que Cuphead-, mientras que los más cercanos al mercado actual tendrán en mente a Telltale Games y, en especial, a la trilogía Arkham de Rocksteady.
Independientemente de con cuál nos quedemos, creo que es justo decir que el proyecto más ambicioso fue el nacido con el Asilo Arkham, en 2009. De él se dijo que fue el intento más cercano a conseguir que los jugadores se sintieran en la piel del héroe de Gotham, y su relevancia fue tal que no solo es considerado como uno de los mejores títulos del caballero oscuro, sino también uno de los mejores videojuegos de superhéroes de todos los tiempos. Ahora bien, ¿fue el mejor de batman? Reposando el análisis, diría que no.
Tras rejugar a Arkham Knight, creo que me quedo con él. Sí, paradójicamente es un juego dependiente de los dos de Rocksteady que lo preceden, los responsables de establecer la base jugable y de experimentar con entornos abiertos. Méritos tiene menos, eso es cierto. Pero cuando pienso en el videojuego de Batman que recomendaría a quien nunca haya aterrizado en la trilogía, no veo otro mejor. Es el título del batmóvil, el que te deja explorar todo Gotham, el que a más villanos te enfrenta y el que, a nivel de escritura, más contundente ha terminado siendo al explorar la psicología del encapuchado. Quizás no el más redondo, pero sí el más completo.
Los defectos siguen ahí, aunque puede que fuésemos demasiado críticos. La codicia de Warner hizo que Rocksteady cerrase la trilogía en solo seis años, algo que sumado a que además se encargó Batman: Arkham Origins a WBG Montreal en 2013 deja un panorama de saturación difícil de digerir. El caballero de Arkham llegó con cuatro juegos muy similares a él estrenados en cinco años; visto así, el exceso de protagonismo del Batmóvil -criticado en su momento- también puede verse como un soplo necesario de aire fresco entre la inevitable repetición. Personalmente, he sido incapaz de hacer un juicio justo a Arkham Knight hasta hoy.
No hay que quitar méritos a Arkham Asylum, el que plantó la semilla, ni a Arkham City, el que construyó el mito, pero separando debidamente en el tiempo al último de Rocksteady, creo que es la culminación de lo que siempre se quiso hacer con el murciélago. Técnicamente sigue siendo un escándalo -en su estreno fue considerado como el primer next-gen para consolas-, pero además ofrece una base de juego pulida y una historia sin nada que envidiar a las de otros formatos, de hecho sirve de referente. Si me preguntáis lo tengo claro, finalmente hoy no hay dudas al afirmar que Batman: Arkham Knight es el mejor videojuego de Batman de todos los tiempos.
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