Videojuegos... ¿Mejor en primera o en tercera persona?
Sigo compartiendo mi tiempo entre Divinity: Original Sin y Fallout 4, y aunque no tengo queja de ninguno de los dos en tanto en cuanto a que eligen un modo de cámara óptimo para sus géneros, cada vez tengo más claro que los juegos de acción que invitan a experimentar la historia deberían ser, siempre, en primera persona. Y sí, ya, muchos querréis prenderme fuego, así que antes, si no os importa, dejad que me explique.
Un poquito de historia
Soy un pesado, pero me gusta recurrir siempre a la historia en estos casos porque hay que entender siempre por qué y cómo han llegado los elementos del videojuego a lo que son hoy en día. En el caso de las perspectivas, la cosa ha tenido su miga. Ya desde el principio los juegos optaron por tratar de ofrecer el mayor número de posibilidades que la tecnología hiciera posible, y desde Tron, Star Wars Arcade, Castle Master, el obvio Wolfenstein 3D y los experimentos de Looking Glass, la vista en primera persona fue una de las victorias a lograr en la industria del entretenimiento electrónico.
Los Might & Magic de Jon Van Caneghem, el Ultima Underworld, System Shock y Thief de Looking Glass Studios -curiosidad, primer estudio de Ken Levine con las oficinas en Lexington y Cambridge... buscad en la Commonwealth que puede haber sorpresa-, los Kingfields de los ahora famosos artistas de From Software... todos intentaron llevar el mundo del RPG a la perspectiva de la primera persona con mayor o menor acierto, y pronto vieron como el relevo era tomado por Arx Fatalis con los futuros desarrolladores de Dishonored, los The Elder Scrolls de Bethesda y el inicio de Deus Ex.
Con el tiempo, la primera persona empezó a funcionar cada vez mejor, si bien algunas compañías siguieron manteniendo la posibilidad de una tercera persona para ayudar a quienes tuvieran otras preferencias. Así llegarían el nuevo Thief, Oblivion y Skirym, Fallout 3 y New Vegas y, finalmente, Grand Theft Auto V y Fallout 4.
Lo que hizo Rockstar
Lo que hizo Rockstar con GTA V al permitir pasar el punto de vista a la primera persona fue abrir la puerta a un mundo en el que la realidad virtual ya no parece una tontería para críos. Oh, sí, ya había juegos en primera persona, pero la libertad y la cantidad de acciones incluidas en el juego de Rockstar hicieron de la posibilidad de disfrutarlo en primera persona todo un punto y aparte en el mundo del videojuego: Tiroteos que convertían al juego en un FPS, conducción a lo Driveclub o Forza Motorsport, la posibilidad de encontrar muchas más cosas al ir observando el entorno a nivel de calle y nadar, bucear con tiburones, pilotar un aeroplano, saltar en paracaidas... La experiencia fue maravillosa para quienes dedicamos un tiempo a familiarizarnos con ella, y gran parte de la culpa la tuvo Bethesda al acostumbrarnos a que nada mejor como nuestros ojos para explorar el entorno.
Años después, la vista en primera persona sigue siendo una de mis favoritas en los juegos que invitan a explorar el entorno y va mucho más allá de la simpleza del shooter clásico, hasta el punto de que, a día de hoy, me cuesta mucho más sentir que soy parte del juego cuando manejo a 'un muñequito' al que le estoy viendo la espalda, conduzco un coche desde fuera o llevo a cabo cualquier acción en tercera persona. De esta manera el juego me hace ser muy consciente de que no hago más que interactuar con un sistema, lo que rompe gran parte del encanto de la inmersión.
Espero que en un futuro la cámara sea, como hizo Rockstar o como suele hacer Bethesda, una decisión en manos del jugador. Quiero poder jugar Wicher 3 en primera persona, quiero que Rockstar saque un nuevo Red Dead en el que vivir el oeste desde mi punto de vista, y quiero que todos los juegos que me invitan a sentir sus aventuras como propias lo hagan invitándome a contemplar el mundo que me rodea con mis propios ojos.
Para mí, con esto, ya me vale, no necesito unas gafas de 500 euros para sentir que estoy alí.
¡Nos leemos!
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