Videojuegos en el museo
Nos hemos despertado con una de esas noticias que hacen sacar pecho a los jugones: el MoMA de Nueva York se ha hecho con catorce videojuegos para su colección permanente. Ojo, porque amenazan con ampliar la colección en breve.
Los juegos, que pasarán a ocupar un espacio del museo a partir de marzo del año que viene, son los siguientes: Pac-Man, Tetris, Another World, Myst, Sim City 2000, vib-ribbon, The Sims, Katamari Damacy, EVE Online, Dwarf Fortress, Portal, flOw, Passage y Canabalt. Esta lista inicial está extraída de una preselección de cuarenta títulos que el museo asegura que acabarán formando parte también de la colección permanente.
Entre los títulos que pronto se unirán a la compañía de este primer grupo de catorce se encuentran Pong, Space Invaders, Asteroids, Donkey Kong, Super Mario Bros, The Legend of Zelda, Street Fighter 2 y hasta Minecraft. La lista completa la podéis visitar en este enlace.
La noticia nos sorprende y nos llena de alegría por varios motivos. El primero es, obviamente, el reconocimiento cultural que se le da al videojuego desde un museo dedicado a las artes contemporáneas como es el MoMA. Es más, el hecho de que una de las entidades más importantes del planeta sea la que da el paso otorga mayor importancia a la noticia.
Y es también una gran noticia porque va a ayudar a impulsar las diferentes iniciativas que quieren obtener espacios propios para el videojuego para mostrarlos en un espacio destinado a la reflexión sobre el medio y en el que se pueda hacer un recorrido a través de varias décadas de historia.
En España, sin ir más lejos, tenemos a la AUIC como uno de los principales grupos que impulsan esta máxima. La Asociación de Usuarios de Informática Clásica, responsable de RetroMadrid, es una de muchas entidades a lo largo del planeta. El Museo de Videojuegos de Berlín es uno de los pocos que puede admitir, con orgullo, que ya ha puesto una primera piedra sobre la que cimentar un reconocimiento futuro.
Por si fuera poco, de esa lista con la que trabaja el MoMA nos congratula que no se haga hincapié sólo en el juego artístico (ahí tenemos flOw o Katamari Damacy) sino en otras propuestas que, no por mundanas, han marcado al medio de por vida. Me refiero, explícitamente, a Street Fighter 2. El día que le reconocimiento le llegue a Peter Molyneux, se acaba el mundo. Ya veréis, ya.
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