Videojuegos como solución anti-crisis

Nuestro país va de mal en peor. Primas de riesgo escalando hasta lo más alto del monte, agoreras previsiones que auguran para el año que viene una situación de recesión similar a la actual, con uno de cada cuatro españoles sin trabajo, una reducción del PIB y para colmo la subida del IVA en casi todos los ámbitos comerciales. Pero ahí están las consolas como paño de lágrimas para endulzar un poco esta amarga situación.

 

Según el informe de ventas globales anual de la patronal Adese, en 2011 hubo un descenso en la venta de videojuegos del 14.4% con respecto al año anterior. Aún así, si desglosamos la cifra con datos específicos, esta bajada ha sido desigual, siendo los mayores descensos los producidos en consolas en desuso como PS2, PSP y Wii y Nintendo DS, mientras que máquinas como Xbox 360 han sufrido incluso un repunte en sus ingresos netos. Si a esto le sumamos el hecho de que todos estos datos no tienen en cuenta ni la adquisición de juegos en forma de descarga digital ni la compra de éstos en el mercado extranjero es muy probable que ese descenso sea prácticamente inexistente.

 

 

Conozco a muchísima gente que en estos meses estivales no se puede permitir el lujo de irse de vacaciones o darse lujos saliendo por ahí para disfrutar del buen tiempo y todas esas milongas de marketing que incitan al consumidor a petarlo en verano. Ante esa situación, el método más económico y rentable para cubrir el tiempo libre suele recaer en los videojuegos. Todo es relativo y resulta demagógico realizar comparaciones que no vienen a cuento, pero estos días supongo que iré con mi señora a ver la última película de Batman, que está Internet que se cae con tanto encumbramiento a la obra de Nolan. Dos entradas a dieciséis euros, sumado a los gastos de gasolina y posible copazo o cena a la luz de la luna hacen temblar mi bolsillo. El otro día por menos de la mitad de ese montante me hice con Batman: Arkham City en Steam. Pues qué quieren que les diga, servidor se lo piensa.

 

Evidentemente no hablo de guarecerse de esta injusta vida a la hikikomori ni nada parecido. Simplemente saber administrar el tiempo de ocio más allá de edades o status social. Aún con sus carencias en todos los ámbitos que ya sabemos, los videojuegos están ahí para saciar nuestras ansias lúdicas en un tiempo donde la cultura y el ocio resultan cada vez menos accesibles, tanto a nivel económico como de asequibilidad. Ahí están muchas desarrolladoras compartiendo sus datos positivos de venta en los últimos veses aún cuando todo está en contra. De la piratería debida a todo esto ya si eso hablamos otro día. Menudos tiempos nos han tocado vivir.

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