Videojuegos como patrimonio de la humanidad
El otro día escribí un texto acerca de la retrocompatibilidad emulativa en la que me preguntaba, no sin dudas, si realmente ésta sirve para algo o si nos están vendiendo la moto desde las grandes compañías de siempre. Poco podía imaginar cuando escribí ese artículo que la respuesta de Sony con su PS2 Classics iba a ser tan repentina, y menos aún, que iban a tirar de títulos de la talla de los ofrecidos. Una cosa me ha quedado clara:
Sony conoce muy bien su catálogo
Y no hay más que ver la primera selección de juegos que han adaptado a Playstation 4 para entender esto: Donde todos esperábamos un Tekken, Crash Bandicoot y otro giro de tuerca a los HD de Jak Trilogy o Rachet and Clank, la dueña de Playstation ha esbozado una sonrisa y se ha sacado de la manga Rogue Galaxy, el último y posiblemente mejor videojuego que jugué en mi vieja Playstation 2, The Mark of Kri, un impactante juego de acción y sigilo que parece beber de las viñetas de Oumpah-pah, el meritorio Dark Cloud y los esperados Grand Theft Auto San Andreas, Vice City y GTA 3.
Viendo esto me desdigo un poco de lo anteriormente publicado. Mantengo por supuesto que es mejor jugar a los juegos en sus plataformas originales, y que me aspen si entiendo esta 'retrocompaemulación' como algo más que un imán para atraer a los incautos. Sin embargo Microsoft está haciendo ofertas jugosas, Sony ha sabido escarbar en busca de lo bueno, y ahora sólo estoy a la espera de ver qué van a hacer Yoshida y su equipo con este invento de los PS2 Classics.
Un gran catálogo conlleva una gran responsabilidad
Y en este sentido no me vale con que todo esto de la emulación se reduzca a colgar juegos antiguos en la Playstation Store a golpe de 9,99 y 14,99 euros el juego. Eso ya hace años que existe y no justifica nada de lo que se está ventilando como un paso adelante en el mundo del videojuego. Ítem más cuando de nada te vale tener el juego en físico original o haberlo descargado en otra plataforma: Hay que volver a pasar por caja, y esto ya no mola tanto.
Ojo, comprendo que en Sony quieran cobrar por sus juegos, y esto no es malo, pero si me vendes una primicia de la talla de 'emulamos Ps2 en Playstation 4' y luego todo se reduce a 'conseguimos adaptar los juegos de PS2 a Playstation 4 casi sin coste y los ponemos a la venta', el que sale ganando en esa ecuación no es el jugador, sino la compañía, y para esto lo mismo nos da que emulen, retrocompatibilicen, remastericen o 'remakeen', el resultado final es un 'paga'.
Un gran catálogo conlleva una gran responsabilidad, y aunque está bien que en Sony quieran apurar sus esfuerzos en esta emulación que de tal tiene poca, también deberían cuidar a sus seguidores mediante algunas ofertas que hagan que este logro sea positivo para todos. No vendría mal un par de PS2 Classics al mes como añadido a los juegos gratis del Plus, no vendría mal que regalaran los capítulos originales con los juegos que se compran ahora, como ha hecho Xbox al regalar Gears of War con GoW Ultimate o Fallout 3 con la compra de Fallout 4, y no vendría mal que se plantearan de cara al futuro packs más asequibles y ofertas mejor pensadas.
Videojuegos como patrimonio de la humanidad
Se nos llena la boca con que los videojuegos sean arte, y bendito sea el adagio, pero a la hora de la verdad es poca la protección y el reconocimiento que tienen los mismos como tal. Oh, sí, siempre habrá un artículo sensacionalista coincidiendo con el lanzamiento del triple A del momento y las quejas de los profesionales que de verdad se preocupan por esto, pero la realidad es más simple y directa que el 'lo que nos gustaría'.
Puede que los videojuegos sean arte, pero siguen sin recibir el reconocimiento y la protección que como tal merecen. Los museos del videojuego siguen dependiendo más de iniciativas privadas que de la labor pública, no hay normas ni leyes que regulen su protección como obra de la humanidad y tampoco se protege como patrimonio cultural ni se vela por el mantenimiento de sus títulos más clásicos. Si los videojuegos son arte -y sí, así lo creo-, éste es un arte efímero, que puede desaparecer en cualquier momento o ser alterado en sus formas sin incurrir en problemas legales.
El MoMA -Museo de Arte Moderno de Nueva York- cuenta con todo un ala destinada a los videojuegos 'clásicos' en pro de su 'protección, exposición e investigación', pero la cosa cae cuando sabes que en realidad los juegos expuestos dependen de lo que las compañías han querido enviar a la institución de cara a la auto-promoción. Y algo parecido sucede con el Museo del Videojuego de Berlín o el Museo de la Historia del Videojuego de Frisco, Texas, que sigue peleando por una inauguración que lleva anunciada desde el año pasado.
En este estado de cosas, tal vez sea la retrocompatibilidad de boquilla y la emulación apoyada en la adaptación una forma tan valida como cualquier otra de proteger nuestro acervo cultural y mantener intactas unas obras que con el paso del tiempo parecen destinadas a desaparecer. ¿Hay otras formas? Por supuesto, especialmente si tenemos en cuenta que sólo la Consola Virtual de Nintendo y plataformas como GOG.com se preocupan realmente por los clásicos, pero de eso hablaremos mañana.
¡Nos leemos!
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