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Vamos de brainstorming: Los juegos que os gustaría jugar

Pero difícil es un rato
Por Adrián Suárez Mouriño

El otro día hablábamos de la desaparición del Japón feudal de la temática de los videojuegos, poco después comentamos que cada vez se arriesga menos en la originalidad, y ayer tocamos el tema de las nuevas formas de mercado: los entregados a la causa que ayudan a promocionar un producto que no es suyo y los que siguen tratando de pegarle un bocado al gran pastel de la creación de videojuegos a cambio de un poco de agua.

 

Hoy os invito a convertiros en creativos desarrolladores. Vamos a hacer un brainstorming, una tormenta de creatividad en la que las ideas de unos y otros ayuden a encontrar ese título perfecto al que siempre hemos querido jugar. ¿Quién sabe? A lo mejor Kevin Levine lee esto y le sirve de algo.

 

Pero antes, un poco de teoría  

Hay varios momentos de Los Simpsons que, gracias a su calidad y a la insistencia con la que Antena 3 nos asedió a base de repeticiones durante años, nunca se borrarán de mi memoria. Uno de ellos es el capítulo en el que Hommer salva la Navidad: Una compañía juguetera compra la escuela primaria de Springfield y la usa para realizar un estudio de mercado entre sus alumnos que les ayude a crear el jueguete del futuro: Funz'o. Críticas a Furby aparte, me encanta cuando el encargado del estudio, tras escuchar a los críos, se desespera diciendo '¡Estos niños no saben lo que quieren!'. El personaje hace suya una de las máximas del mercado, 'no hay que darle al público lo que quiere, si no lo que necesita' que se complementa con otra directiva de marketing 'conseguir que el público crea que necesita lo que no desea'. 

 

Funz'o, loving Krusty since early 90's

 

O lo que es lo mismo, para la gran mayoría de grandes empresas sus clientes son poco más que idiotas con carteras a los que hay que 'educar' para que adquieran sus productos. Es uno de los males del capitalismo, la necesidad de crear necesidad, o, lo que es lo mismo, la manipulación televisiva y propagandística de la población para que se vea obligada por la presión social y el afán personal a conseguir el producto equis. Por otro lado, también es el capitalismo el 'culpable' de que existan formas de ocio como el cine y los videojuegos, así que al final todo se compensa... a su manera

 

Todo esto hace que las grandes compañías, a la hora de invertir millones en un videojuego, opten por confiar en sus analistas de mercado, financieros, economistas y expertos en marketing para esbozar las líneas de su próximo gran éxito, dejando todo eso del 'escuchar al público' para los trazos finales, cuando ya todo está hecho y con apenas un par de cambio pueden colgarse la medalla del 'hacemos caso a nuestros jugadores'.

 

Los que ya no están entre nosotros

Los géneros vienen y van. Nacen, crecen, se modifican, se mantienen y, a veces, mueren para luego ser resucitados por un grupo de indies armados con una ouija y los esquemas de un viejo código binario que aún huele a viejuno. Los samurais y los ninjas están desapareciendo del catálogo, sí, pero lo mismo ha pasado con otros clásicos que se han ido viendo relegados al olvido más absoluto. La prehistoria ha desaparecido de la faz de la tierra digital, y lo mismo los dinosaurios, que han pasado de ser imprescindibles en casi todos los juegos a eternos olvidados en la actualidad.

 

Caveman Ninja 1991 Data East

 

Algo parecido ha pasado con el cyberpunk, a la espera de ese título de CDProject que nos pone los dientes largos a los frikis de la sci-fi. Quitando el último Deus Ex, poco o nada queda de un género glorioso que dio a la historia grandes títulos -al que mencione Remember Me lo castigo de cara a la pared-. Lo distópico está de moda con el diesel punk de Dishonored, y el steam punk pega fuerte con punto culminante en el esperadísimo The Order 1886. El post apocalípsis ha sobrevivido gracias a Fallout y todos esos ojitos que le pusieron títulos como Borderlands, Rage y el esperadísimo Mad Max, que ya puede currárselo, ya.

 

Otros grandes desaparecidos son los fantamas, que desde Pac Man han sido los ineludibles enemigos de miles de videojuegos y arcades. Esperemos que Murdered: Soul Suspect, recupere una figura tan propia de todas las culturas de la tierra como, a grandes rasgos, entrañable. Los vaqueros y los indios tuvieron su gran regreso con Red Dead Redemption, y parece que la competencia se acojonó, porque ni siquiera se atrevieron a hacerle sombra con un Gun 3, y si quieres ver un indio fuera del título de Rockstar sólo te quedan dos opciones: o desempolvas el Assassin's Creed 3 y juegas con Rakkenhakeeton, o pones a los Village People en el SingStar

 

Ghost Hunter. Enorme Must Have de PS2.

 

Pero los tiempos están cambiando

Y las superproducciones no son la única forma de hacer negocio en el terreno 'videojueguil'. Nadie tiene más claro cómo quiere que sea su obra que su propio autor, lo que explica gran parte de los rifirafes entre desarrolladores y distribuidores en los últimos años. Sin embargo, vivimos tiempos mercenarios. No es difícil pensar que sólo es cuestión de tiempo que las desarrolladoras indies empiecen a contratarse 'por un puñado de dólares' para hacer juegos personalizados para el público con pasta suficiente. No es más que un paso más en el mercado, un paso para el que no creo que quede mucho tiempo.

 

Y ahora viene el brainstorming 

¿Os imagináis una plataforma de ideas a nivel global? Una red social en la que los usuarios publicaríamos nuestra idea del videojuego perfecto y un detallado resumen de lo que nos gustaría ver hecho realidad. Una web en la que los desarrolladores -independientes y a sueldo-, podrían buscar inspiración y elegir el proyecto que les gustaría realizar. Sería como un kickstarter de inspiración, sin cobros ni historias, sólo por el amor al arte, a la creación, a ver nuestros juegos soñados en manos de desarrolladores competentes. Una comunidad de musas apoyadas por un mercado que, como no dejo de repetir, está en auge.

 

Inspiración, bro.

 

Supongo que muchos pensaréis que es una estupidez, pero a mí me encantaría. ¿Pediríais algún juego? Yo lo tengo claro: Un survival del inicio de los tiempos. Encarnar al primer cromagnon en un mundo que nace -o tal vez protagonizar la última resistencia neaderthal ante el invasor sapiens sapiens-. Un juego de supervivencia como lo que nos promete Dying Light, con entornos en los que el día y la noche suponen la diferencia entre la vida y la muerte. La necesidad de encontrar cobijo, de defendernos con el fuego, el terror a lo que se encuentra ahí fuera, que no será tan simple como un zombie o un calvo atrofiado de psiquiátrico, si no criaturas invisibles de la noche de los tiempos. Y por último, la exploración, la búsqueda de algo que le de sentido a esta humanidad que nace, tal vez crear una tribu, descubrir las artes, aprender a sobrevivir o, simplemente, dejar de existir. Para grabar la partida tendríamos que dejar constancia de nuestro día a día al amparo de nuestro refugio realizando pinturas rupestres, labrando la madera, o la piedra, e incluso en forma de orfebrería. Nada de puntos de control y de aparecer donde te matanY todo eso sin multitud de players dando saltos por las esquinas: soledad casi absoluta... Joer, tíos, sería brutal.

 

Y vosotros... ¿Cuál sería vuestro juego perfecto?  

 

¡Nos leemos!


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