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Una segunda partida a The Last of Us Parte II resulta interesante y clarificadora

Os la recomiendo
Por Álex Pareja

The Last of Us: Parte II es un videojuego agotador. Y lo es a propósito, como comentabamos en el MGPodcast+ que dedicamos en exclusiva a la última obra de Naughty Dog. Concluyes exhausto, con una mezcla de sensaciones y con ganas de dejar el juego en la estantería. Entiendo perfectamente que jugadores como mi fiel compañero Adrián decidan no volver a jugar una segunda vez a este juego, que basa parte de su encanto en desconocer sus diversos giros emocionales. Sin embargo, se me ocurren pocos juegos donde dar una segunda vuelta resulte tan interesante

 

Pero es esa misma naturaleza la que también invita a disfrutar de una segunda partida a The Last of Us Parte II desde otro punto de vista muy diferente. La obra está repleta de detalles, referencias, diálogos y elementos muy pensados y que tienen más significado del que parece a simple vista. Sin entrar en ningún destripe, las primeras horas de Ellie junto a Dina con sus conversaciones y sueños de diálogos son muy especiales una vez conocido el desenlace de la obra, por ejemplo, al igual que otros muchos momentos que basan su atractivo en nuestra ignorancia. Por no hablar de las propias acciones realizadas por la protagonista: con la historia completada las sensaciones y nuestras propias motivaciones son muy diferentes. 

 

 

En mi caso, la segunda vuelta a The Last of Us Parte II fue más tranquila, menos pasional y más funcional, algo que necesitaba para comprender el tipo de obra que nos ha querido brindar Naughty Dog. Se trata de uno de los videojuegos más emocionales que he jugado en mi vida, basando el motor de su progreso en generar diferentes sensaciones al jugador. Hay tramos que se me hicieron mucho más largos de lo que realmente son, y escenarios en los que ni me fijé en la primera vuelta por el estado mental en que me había sumergido. Una segunda vuelta resulta fascinante y clarificadora para descubrir elementos que pueden pasar desapercibidos. A mí me daban igual ciertas cosas porque solo quería echar el guante encima de Nora y encontrar a Abby para acabar con su vida. Los que os habéis pasado el juego entenderéis que la segunda vez las sensaciones en los mismos tramos pueden ser muy diferentes, transformando la experiencia.

 

Juega a la contra su larga duración. Una segunda partida a The Last of Us: Parte II, yendo más al grano y conociendo algunas fases hace que sea mucho más fácil progresar y recortar unas cuantas horas de juego, pero también descubres la enorme cantidad de tramos insulsos y que aportan poquito. Pero, a pesar de ello, también sirve para disfrutar mucho más de algunos enfrentamientos y combates. Decía en el análisis que uno de los puntos flojos de la obra es la gran separación de algunos hitos del guion, sobre todo cuando se quieren generar ciertos sentimientos o golpes de efecto; cuando juegas sin necesitar encontrar esa respuesta todo cambia y se disfrutan mucho más los espacios que se hacen pesados la primera vez

 

The Last of Us Parte II segunda partida

 

Una segunda partida a The Last of Us: Parte II también es fundamental cuando has ordenado tus ideas, has escuchado o leído las de otros y sigues un estilo de juego más analítico y menos pasional. Es ahí donde descubres la finura de los diálogos secundarios o las interacciones introducidas en zonas jugables, donde comprendes mejor (o peor) ciertas reacciones de algunos personajes, capaz ya de juzgar esos pequeños detalles (porque la obra está repleta de ellos) que probablemente has dejado pasar la primera vez por ese agotamiento natural. 

 

Jugar al menos dos veces me parece lo lógico en un título de estas características, que busca vapulear al jugador, moldear el significado del avatar y el papel que se juega en sus interacciones, de forma tremendamente emocional y primaria. La segunda vez esto se abandona y se abre un camino hacia el juego en su estado más básico, pudiendo analizar estos diálogos, escenas y fases de juego, sin depender de las emociones que se viven de forma obvia la primera vez. Si no habéis terminado demasiado agotados os recomiendo jugar esta segunda partida, aunque sea dentro de unos meses: es una de las obras que mejor permite ampliar sus lecturas gracias a ella.


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