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Una nueva generación de detallismo en las físicas

La importancia de un peso creíble
Por Víctor Junquera

Coches que parece que se deslizan, cajas y piedras que pesan como una pluma... Detalles ridículos que aún a día de hoy siguen ocurriendo parece que irán desapareciendo en la nueva generación... O no. No hablamos de elementos en concreto como el fuego o el agua que darían para su propio tema de discusión, nada abstracto, sino de formas concretas cuyo peso conocemos o podemos imaginar, que sabemos cómo reaccionarían en la vida real y que sabemos que no suele ser así en un videojuego.

 

Con el cambio generacional quieren poner mucha atención en detalles como los escenarios que se puedan destruir, pero no todos se acuerdan de la importancia de la física de los objetos. En la conducción hemos visto muchas mejoras. Juegos como Forza 5, The Crew o Need for Speed: Rivals hacen que la conducción se sienta cada vez más real, por muy arcade que sea, porque el coche oscila de una forma creíble.

 

Pero en juegos en los que la conducción no es la base sino una de las muchas mecánicas por las que tenemos que pasar, pensemos en cualquier sandbox, lo normal es que la conducción falle por algún lado. Pero un juego del que no se esperaba mucho como Mad Max nos ha sido capaz de mostrar una conducción que realmente sorprende. Una masa de metal sobre ruedas por un desierto ha de tener un peso especial, y en este caso, lo tiene, y se nota. Se nota incluso en diferentes situaciones, como cuando el coche se ancla a una torre que queremos derribar. Una reacción creíble.

 

mad max car crash

Derrapar o chocar no es tan fácil aquí como sobre el asfalto. Tiene su propia física, pero resulta creíble.

 

Claro que de repente en uno de los momentos de la demostración mostrada el coche se ha puesto a galopar sobre una duna como si del Mako de Mass Effect se tratase. Es una versión Alpha que aún está verde, pero Avalanche nos ha asegurado que ese tipo de cosas no ocurrirán en la versión final del juego.

 

Incluso el propio Max tiene un peso creíble al caminar sobre la arena o al pasar de una situación a otra dentro del propio coche. Un gigante embutido en cuero bajo el calor del desierto no puede ir correteando y saltando por ahí como si de Ezio Auditore se tratase, así que Max tiene unos movimientos más pausados y contundentes. De nuevo, más creíbles.

 

Y puede parecer una tontería, pero es tan sencillo como comparar cómo se mueve el cuerpo de otro Max en Max Payne 3 con el protagonista de, por ejemplo, Neverdead. O comparar la conducción de Grand Theft Auto IV con, sin ir más lejos, la de Saints Row IV. Por supuesto, el trabajo de Rockstar es más creíble. Aunque todavía es muy pronto para hablar, al menos lo que estamos viendo parece haber entendido que, ya que la apuesta es el realismo, las texturas y los modelados no lo son todo.


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