Una lanza en favor del siempre online

Me van a permitir que ejerza de abogado del diablo durante unas líneas en el polémico tema de la próxima Xbox y los rumores (que no son más que eso, rumores) de que obligará a una conexión permanente a Internet. Sin entrar en si me parece una decisión acertada o no, me gustaría trasladar el debate a otro punto: al hecho de que los avances en cuestión de tecnología acostumbran a llevar implícitas mejoras que obligan al usuario a adoptar medidas. Repito, obligan. La cuestión, al fin y al cabo, es lograr que el usuario perciba esa obligación como un hecho totalmente diferente, como una necesidad. Esta pasada generación ha tenido algún que otro ejemplo de este hecho que comento. Hagamos un repaso rápido a algunas de ellas:

 

- Televisiones de alta definición. ¿Quién de nosotros tenía una tele HD Ready (ya no digo Full HD) en 2005? ¿Cuántos de nosotros la tenemos ahora? ¿Cuántos nos la compramos para poder jugar a la nueva generación en su esplendorosa alta definición para huir de las dimfuminadas líneas que nos ofrecía la salida de cable RGB o la de componentes? Sí, los gráficos de las nuevas PlayStation y Xbox eran una preciosidad, pero el tener que pasar por caja a desembolsar 400 o 500 euros extra para poder disfrutarlo nos dolió a todos, y no dijimos ni mú. Al revés, cuando enchufamos la consola, sonreímos al ver lo que nos llegaba a través de la conexión HDMI.

 

 

- Pagar por jugar online. Aunque el modelo de Xbox Live está más que desfasado hoy en día, y Microsoft todavía no ha sido capaz de encontrar una alternativa al Plus de PlayStation, la situación era muy distinta en 2006 cuando el juego online a nivel masivo todavía resultaba harto complicado en servidores gratuitos. Microsoft se sacó de la manga un servicio de pago relativamente económico a cambio de un online decente. ¡Bingo! Todos pasamos por el aro tan contentos a pesar de que ni Sony ni Nintendo nunca nos han obligado a pagar por el multijugador.

 

- Abrazar nuevas formas de juego. Para los jugadores tradicionales éste fue un golpe muy bajo. Cuando Nintendo anunció la Wii lo hizo basándose en una premisa: el control por movimientos. Y aunque en sus últimos años de vida los nipones se despegaron en cierta medida de este concepto, lo cierto es que en sus primeros compases, nos obligaron a jugar de pie o a mover los brazos como si estuvieramos saludando a algún conocido que se encuentra en la acera de al lado. No nos obligaron a gastarnos nada, no, pero pasamos por el aro y probamos esa nueva forma de juego porque era «el futuro». Un futuro que todavía hoy seguimos esperando.

 

Ingenieros de Blizzard trabajando durísimo para subsanar el Error 37, una de las primeras polémicas asociadas al siempre online.

 

- Y aunque no viene muy a cuento... la conexión 3G en la telefonía móvil. Me vais a perdonar el ligero off-topic pero es un ejemplo más que valido para el punto que pretendo exponer. Hasta la llegada del iPhone, el smartphone se limitaba en gran medida al terreno corporativo. ¿Internet en el móvil? ¿Para qué? Pero Apple (el rey en esto de crear necesidades de la nada, y sino que se lo digan al iPad) nos dijo que tener un móvil era más divertido si podías descargar aplicaciones, utilizarlo de GPS o como herramienta para socializar con tus conocidos de internet en tiempo real. Nadie nos puso una pistola en la cabeza para hacernos con una tarifa de datos, pero hoy no conozco a ninguno de mis amigos que no tenga una.

 

Repito, no pretendo entrar a valorar si una consola que obligue siempre a estar online es un hecho beneficioso o perjudicial para Microsoft. Pero, de querer hacerlo, lo que la firma de Redmond necesita es crear una necesidad entre sus usuarios. Darles una recompensa que no puedan igualar sus competidores y hacer que esa obligación no se perciba como tal, sino que sea el próximo paso lógico en la evolución de las consolas. De hecho, uno de los mayores temores que baraja la comunidad es que la obligación de estar siempre conectados venga impuesta por alguna de estas ideas de Microsoft de asociar su consola a una variedad de servicios, algo que ya ha hecho con Xbox 360 (Netflix, NBA y similares). ¿El problema? Que en España, como de costumbre, no cataremos estos servicios aunque aquí, una vez más, estamos haciendo castillos en el aire.

 

Lo que no es un castillo en el aire, eso sí, es el rumor que apunta que Microsoft podría lanzar una máquina pensada exclusivamente para dar lugar a esos servicios. Una especie de todo-en-uno donde puedas juntar Netflix, subscripciones a canales deportivos y demás servicios de música y vídeo-on-demand. Habrá que estar atentos al lanzamiento de la consola para saber qué parte de lo que se baraja es cierto.

 

Volviendo a la futura consola, hay que tener en cuenta que le criticamos a Sony el haber renunciado a la innovación en pos de un desarrollo más orientado a las demandas del consumidor con PS4. Y esa prerrogativa queda ahora en manos de Microsoft. ¿Será capaz de imponer un cambio a nivel global en la calidad de las conexiones a Internet? Porque el amigo Francis está sufriendo sólo de pensar en lo que sufrirá para jugar a la nueva Xbox en su apacible pueblo del midwest americano.

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