Una lanza a favor de las continuaciones
Comenzamos una nueva etapa en la historia de los videojuegos y estamos expectantes por saber qué nuevas oportunidades de diversión nos esperan. Queremos ver nuevas mecánicas que nos sorprendan y desafíen. Ni que decir tiene que lo que más ansiamos los jugadores es la llegada de nuevas ideas en las que introducirnos ¿No estáis de acuerdo?
Pues esto no es del todo cierto. Podemos observar a cualquier hijo de vecino que, se compra una consola de nueva generación o cambia su gráfica, placa, procesador y memorias, simplemente para continuar jugando a un mismo concepto. No es una crítica a estos usuarios. En realidad, si los observamos y nos paramos a pensar, puede suscitarnos algo de envidia. Son felices, han encontrado una saga fetiche de la cual nunca se cansan. Algunos se introducen una y otra vez en Call of Duty, otros ni siquiera se resintieron al jugar a Assassin's Creed III. No cabe duda de que, por mucho que algunos nos quejemos y digamos que algo falla, lo cierto es que algo funciona. Indudablemente, cuando una serie se alarga -pudimos verlo hasta en Perdidos o Dexter, en el caso de la televisión- es susceptible de sufrir algún que otro tropiezo. Es ahí donde estamos todos preparando la mano para reprender con una azotaina a un niño que no lo ha hecho bien.
A veces uno es capaz hasta de ver con perspectiva y fijarse en que ha disfrutado con numerosas entregas de una franquicia. Hasta se ha podido sorprender buscando y contrastando información en internet, como quién diablos fue Barbanegra -por poner un caso reciente. Es un simple ejemplo para representar que a veces la repetición no nos importa si hay un punto en común que logra el objetivo.
Y es que uno es siempre el primero en señalar con el dedo acusador a un estudio que lanza un juego poco innovador y que empieza a sentirse cansado por el uso. Pero lo cierto es que lo acabamos jugando de principio a fin, tratando de no dejarnos nada en el camino. Y seguimos necesitando una lavada de cara -lo cortés no quita lo valiente-, continuamos reclamando que la cosa avance y se reinvente con cada entrega. Con Gears of War vimos un desenlace al que le faltaba azúcar y como en God of War recibimos una cuarta entrega que a nadie retuvo junto al mando -excepto a quienes tuvimos que analizarlo, claro.
El caso es que a veces uno se para a pensar en que las sagas continúan por algo y ese es el papel del jugador. En el fondo el producto funciona porque un puñado considerable de nosotros seguimos viendo y apreciando algo de él. Y eso no siempre lo tenemos en cuenta. Hace unos días pude criticar los rumores de más aventuras de asesinos, pero ahí me tenéis, hasta las 4 de la mañana navegando y batallando. Las continuaciones tienen su sitio en el mercado y ahora toca sentir que, quien demanda cosas nuevas, también tiene su propio lugar en la escucha de las compañías.
<< Anterior Siguiente >>