1. Mundogamers
  2. Noticias

Un videojuego sin gráficos

Papa Sangre
Por Raúl Rosso

Estamos terriblemente malacostumbrados, y ya es bastante tarde para cambiar ciertos hábitos que trascienden al mundo del ocio interactivo y el disfrute de la tecnología desde que esta comenzó a formar parte de nuestras vidas. Recuerdo que de pequeño jugaba con mi padre al “tecotín recotán”, un juego en el que yo tenía que adivinar cuantos dedos ponía él sobre mi espalda rigiéndome tan solo por el sentido del tacto. Uno se pone a pensar cómo están las cosas a día de hoy y parece indispensable que la imaginería visual de un divertimento debe ser la clave de la experiencia. Parece que ya no hay sitio para cosas así.

 

Todo entra por los ojos, necesitamos ver para disfrutar. Y ya saben lo que ha provocado este hábito en el prostituido mundo del videojuego, con toda ese desmadre visual y pajeo por el culto al píxel, al polígono y a la madre que parió al HD. Es cierto que en los últimos tiempos se ha vivido una ínfima regresión hacia entretenimientos más peregrinos con mestizajes lúdicos que requieren que saltemos, bailemos y nos tiremos pedos ante un micrófono para dinamizar un proceso estático por naturaleza, pero gracias a ejemplos como el que les voy a dar, tengo bastante claro que todavía se puede malear mucho más la forma de jugar a videojuegos aprovechando algunas aptitudes adormecidas por culpa de esto que les estoy hablando.

 

Papa Sangre es un videojuego para terminales iOS que carece de gráficos y rige su experiencia por nuestra capacidad para ubicarnos espacialmente gracias exclusivamente al sonido posicional del que hace gala, requiriéndose para su correcta percepción el uso de unos auriculares. Somos un alma en pena que hemos caído en el mundo de los muertos según la iconografía mexicana del Día de los Muertos. Nuestro objetivo será escapar del castillo de Papa Sangre con los ojos vendados, y la única interacción con el juego será la de poder caminar y elegir la dirección y sentido de nuestros pasos según lo que oigamos haciendo uso de los diferentes botones sobre la pantalla asociados a dichas funciones.

 

 

Imaginen desafíos tan interesantes como tener que pasar a través una trampa en forma de afiladas hojas con movimiento pendular tan solo guiándonos por el sonido de las cuchillas al balancearse de izquierda a derecha; o tener que escapar de las garras de una terrorífica criatura basándonos en los terroríficos aullidos que emite. Reveladores momentos en los que la imaginación cimienta la experiencia y pone en nuestras manos la tarea de dar forma al castillo de Papa Sangre, pero sin olvidar en ningún momento su esencia como videojuego canalizada en este caso por nuestro oído.

 

Esta es una honrosa excepción, pero parece que nadie se lanza a realizar cosas así fuera del ámbito de los videojuegos adaptados a ciertas minusvalías. En el caso de Papa Sangre, muy mal no les debe ir el asunto dadas las buenas críticas que recibió en diveros medios especializados, amén del hecho de que desde su lanzamiento a finales del 2010 han mantenido su precio por encima de los tres euros, algo que raras veces se ve en el dinámico y vertiginoso mercado de los juegos para smartphone. Eso sí, por mucho que de vez en cuando a alguien se le encienda la bombillita para poder dejar de lado el culto a la vista, a estas alturas de la película va a ser muy difícil acostumbrar al jugador para que deje de mirar y se plantee escuchar, tocar, oler o paladear algo como parte de un juego.


<< Anterior Siguiente >>