Un videojuego dentro de un videojuego
Las gafas de realidad virtual Oculus Rift siguen demostrando a través de sus demos técnicas la cantidad de ideas que se pueden realizar al introducirte de lleno dentro del mundo del juego. La principal razón para la que se crearon las gafas es precisamente para estar dentro del juego, no ver los marcos de la televisión ni todo lo que la rodea, sino zambullirse totalmente dentro de la experiencia.
Pero lo que hace Alone es precisamente lo contrario. Crea a tu alrededor el mismo espacio que cuando estás sentado en tu sofá: crea todos los muebles, las ventanas, las puertas, de una casa ficticia y en frente de ti, una televisión virtual donde te encuentras jugando a un videojuego de terror. El juego en sí es muy simple, pero no resulta tan importante cuando te das cuenta que lo que realmente pretende asustarte es lo que ocurre alrededor tuyo, no lo que está sucediendo en la segunda pantalla.
Cada vez que en el juego encontramos una nota diciendo que se escuchan gritos de niños, pisadas, cuerpos arrastrándose… El efecto se traslada a tu salón virtual, de forma que nos dé la sensación de que está traspasando realmente la pantalla, cuando no lo hace. Esto es muy interesante porque tal y como dice el jugador, cuando uno juega a un título de terror, si necesita un respiro lo primero que hace es pausar la partida, mirar para otro lado, asegurarse de que todo está bien, que solo es un videojuego, y entonces vuelve a recuperar fuerzas para seguir. Pero al tratarse de un juego dentro de un juego, la amenaza se encuentra en la "zona segura". Las Oculus Rift te hacen pensar que el salón virtual es, en efecto, el salón de tu casa, ya que emula perfectamente tu posición en el hogar, haciéndote creer que realmente no puedes hacer nada para detener lo que está pasando a tu alrededor.
Y esto es sólo un ejemplo más de lo que es capaz Oculus Rift. Aunque esperábamos mucho de estas gafas, no imaginábamos que pudiéramos ver tantas muestras de su potencial antes incluso de que la versión final se comercializara. Otro ejemplo, esta vez de fotorrealismo, nos lo trae nuestro compañero Diego Emegé, en el que podemos ver una demo técnica de cuerpos humanos, la cantidad de detalle de cada uno de ellos, y lo diferentes que se ven cuando los observamos a través de Oculus Rift que si nos acercáramos con un mando estándar en una televisión estándar.
Seguimos sin poder asegurar al cien por cien que Oculus Rift sea el futuro, pero con ejemplos como estos, bien podría ser una rama completamente distinta y funcional para aquellos que quieran vivir experiencias completamente distintas.
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