¿Un verano 'nucelar'? El mejor momento para volver a Fallout 76
Hay algo en fallout 76, algo misterioso y fascinante que hace que cada vez que escucho Take me Home, Country Roads, ya sea la versión de John Denver o alguno de los múltiples cover y versiones que pululan por la red, me sienta mágicamente transportado a una noche de octubre de 2018. Una noche de hace ocho meses en la que decidí que dormir estaba sobrevalorado y tuve mi primer contacto con el que, digan lo que digan, es para mí uno de los mejores juegos de esta generación.
Podemos discutir o batirnos en duelo, pero ni siquiera el mejor de los E3 logrará superar jamás la sensación de esa noche, de ese coger con miedo la nueva entrega de una de mis franquicias favoritas, asustado con lo que podían haberle hecho a mi querida saga, y descubrir que Bethesda había logrado lo imposible: hacer de Fallout lo que Fallout había tenido que haber sido hacía años y conseguir que algo tan odioso como el juego online se convitiera en el aliciente perfecto para sus historias. Ahora, ocho meses después y con una comunidad que demuestra su grandeza a diario, Fallout 76 es mucho más juego que entonces. Y aún le queda por crecer.
Bienvenidos a Appalachia
Ningún momento como este verano asfixiante, calorífico infernal y 'nucuelar' para visitar por primera vez West Virginia o volver a sus rincones con un nuevo personaje o aprovechando los múltiples añadidos que Bethesda ha implementado en estos meses para afrontar la aventura desde otra perspectiva. Los recién llegados descubriréis un escenario inmenso, una comunidad que es, de verdad, para quitarse el sombrero y mil aventuras por vivir perfectamente integradas en la historia de forma natural.
Podéis jugar la campaña y perderos por los rincones de Appalachia en busca de sus criaturas legendarias y sus mitos más oscuros, hacer equipo con los múltiples grupos de supervivientes de refugio que pululan por West Virginia, descubrir los secretos de la guerra que destruyó el mundo, dedicaros al comercio, a la agricultura, a construir grandes refugios o incluso al robo y el pillaje. En Fallout 76 estáis cerca de poder ser lo que queráis ser, aunque al final lo más gratificante siempre será descubrir qué hay tras la próxima roca del camino.
De vuelta en la carretera
Los que volváis después de un tiempo fuera descubriréis cuánto ha cambiado la cosa. El Modo Aventura, el tradicional, cuenta ahora con más posibilidades que nunca, incluyendo ayudas al comercio, nuevas aventuras y mejoras de rendimiento a todos los niveles junto a la desparición de varios bugs y un buen puñado de skins y materiales en la Tienda y nuevas criaturas en el yermo. Como repunte final, nueva campaña con los Scouts, invitación a pasar una noche de miedo en el Campamento Adams y, por supuesto, las mochilas, el gran premio que obtendremos tras convertirnos en auténticos scouts.
A su lado encontraréis dos nuevos modos de juego. Por un lado supervivencia, un modo más duro y menos restrictivo con el resto de jugadores, por lo que la seguridad no está garantizada. Por otro, Nuclear Winter, aún en fase de pruebas, un modo Battle Royale en el que no faltan las armas ocultas, los objetos de ayuda y las coaliciones a traición para sobrevivir en el lado más salvaje de West Virginia.
En resumen, Fallout 76 sigue siendo una oferta memorable para quienes busquen algo de libertad en los videojuegos, un rincón tranquilo al que retirarse de vez en cuando o un lugar que explorar a conciencia. Una comunidad dispuesta a ayudar, un escenario gigantesco plagado de rincones épicos, la promesa de nuevos contenidos y ese aire especial de la saga que hace de Fallout una franquicia con una personalidad innegable se une a un equipo que sigue apostando por el juego para dar como resultado algo que debéis experimentar por vosotros mismos.
¡Nos vemos en Appalachia!
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