Un estreno generacional sin Ridge Racer
Que no haya un Ridge Racer que estrene la nueva generación y que muy pocos se hayan percatado de ello corrobora lo mucho que se está pudriendo la industria del videojuego. Bromas aparte, desde que el arcade original se lanzase en un estupendo port para los 32 bits de Sony a mediados de los noventa, hemos tenido ración de coches japoneses desarrollados por Namco en prácticamente todos los estrenos de sistemas. No ha sido así con el estreno de One o PlayStation 4.
No es menos cierto, claro, que la identidad de la franquicia era poco menos que discutible en los últimos años. La última entrega estuvo desarrollada fuera de los límites orientales, y todo parecido con la serie original era coincidencia. Fue hasta cierto punto insultante ver cómo el legendario nombre era usado para atraer a gente y no para garantizar lo que durante tantos años significó la serie.
Se puede achacar el hecho de su ausencia, incluso, a la ya lejana muerte del arcade y de un modelo de juego que en los tiempos que corren es complicado de vender. Antaño se vendía como rosquillas: la sensación de tener en tu casa lo que disfrutabas en el salón recreativo era un anuncio suficientemente atractivo, eso a día de hoy no significa absolutamente nada. Solo significa que el juego será corto y ofrecerá poco comparado con otros referentes del género. Namco Bandai, en los tiempos que corren, tampoco está para trotes y enseñar al mundo cómo será el futuro gráfico de esos juegos en las nuevas consolas.
El modelo, aunque nos duela, a día de hoy carece de sentido, y eso ha llevado a Namco a experimentar con la marca con esa entrega en Vita por todos criticada y que no gozó del favor del público. Una suerte de juego en el que podías comprar lo que necesitases para completar tu experiencia. A priori parecía una buena idea pero que fue sacrificado por gran parte de los nuevos usuarios de la portátil de Sony. ¿Qué futuro le espera entonces a Ridge Racer? Parece que como a muchas otras viejas glorias venidas a menos, experimentar en el campo de los móviles. Se antoja complicado un retorno triunfal del telonero tradicional de las nuevas generaciones.
En todo caso, lo echaremos de menos. Y a Reiko también.
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