Un duro año para Valve
En general, creo que todo estamos de acuerdo en que 2015 ha sido un buen año de cara a los videojuegos. Pese a que a mi particularmente me gusta sobreanalizar las cosas y fijarme más en lo malo, creo que un año donde se han lanzado Bloodborne, The Witcher 3, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, Fallout 4 y Just Cause 3 no puede ser tan, tan malo. Sería injusto recordarlo como un mal año, vaya. También os digo que depende desde dónde se mire, porque si nos ponemos en el punto de vista de Valve, 2015 debe haber sido un año duro.
De acuerdo, Valve está podrida de dinero y va a seguir estándolo a menos que las cosas cambien mucho. Valve es un monopolio en el mundo del PC y es imposible estar fuera de la plataforma tanto si eres un jugador como si eres una compañía. Caray, hasta la prensa y los modders deben estar ahí. En este sentido, Steam y Valve son más Steam y Valve que nunca porque cada año que pasa, más gente usa la plataforma. No es una cuestión de dinero ni de ingresos: en eso, 2015 seguro que ha sido un año fabuloso.
Lo malo del año ha sido en cuestión de prensa, de imagen, de buen rollito con los usuarios y de amor por todas partes, que es algo que siempre hemos sentido por Valve. Empecemos por lo más reciente: las ofertas ya no son lo que eran. No solo porque todo el mundo está exhausto de ellas y porque ahora todo el mundo las hace, sino porque ya no son iguales: no hay ofertas diarias, no hay ofertas flash y, en general, son más sosas. El consumismo es más amargo cuanto más obvio es, y las ofertas de Steam no son precisamente sutiles.
Luego, ha habido polémicas por todas partes. Por un lado, la cagada de los mods de pago. El backlash que sufrió Valve con el tema de los mods de Skyrim fue brutal. Ver cómo esa comunidad que alzó la plataforma por todo lo alto durante años se volvía en contra de ella cuando demostraron ser más avariciosos y miopes de lo que podían permitirse debió ser muy, muy duro y un toque de atención: cuidado, Valve, que te conviertes en el enemigo antes de que te des siquiera cuenta.
Al margen de lo mal que siguen funcionando Greenlight, con juegos como Hatred pasando por el aro por las risas; o lo estúpido que viene a ser el Early Access recientemente, con juegos inacabados que jamás se acabarán, imagino que ha debido ser peor ver cómo el Steam Controller y las Steam Machines han sido lanzados sin pena ni gloria. Nadie se ha vuelto tarumba con ellos, y es gracioso ver cómo el corredor de fondo, Steam Link, es mucho más querido por su sencillez y utilidad.
Por último, Valve ha cerrado el año de la peor manera: fallando en las ofertas y exponiendo la vergüenzas de su poderosa infraestructura con un fallo en Steam que te permitía estar dentro de las cuentas de otra gente y que han tardado varios días en explicar a los usuarios. Cuando las señas de identidad de Valve, Steam, su hermetismo, su parquedad en palabras, sus ofertas absurdas; cuando todo esto se vuevle en contra de la compañía en un mismo año, creo que podemos decir que 2015 ha sido un año durillo para Valve.
Y en 2016 llega HTC Vive, que en un principio iba a llegar en 2015. Veremos qué pasa con esto también...
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