¿Un año continuista o innovador?
Puede que la sensación general que nos deja este 2015 es la de haber vivido un año muy continuista. Y no sería un pensamiento del todo desacertado, ya que hemos sido testigos de la toma de muy pocos riesgos dentro de una industria que parece tener cada vez más claro cuál es el papel que deben tener sus productos más importantes: obras generalmente muy grandes que, además, van actualizándose cada cierto tiempo para que el jugador siempre tenga alguna excusa para seguir jugando sin parar durante meses.
Esa nueva manera de entender las súper producciones de por sí ya es una innovación dentro de la industria, aunque por desgracia en algunos de estos ejemplos se aplican de forma demasiado regular todas aquellas acciones que una gran parte de los jugadores rechaza: micropagos y macropagos en cantidades ingentes. Pero tampoco sería del todo justo ver al videojuego en el año 2015 únicamente por lo malo, o sólo por lo poco que han evolucionado algunos de sus conceptos respecto al pasado, porque también hemos sido testigos de muchas obras que han realizado cosas que jamás habíamos visto dentro de este ocio tan especial.
En el terreno de los Triple A han sido menos numerosos los casos de títulos que han querido ir un paso más allá de lo visto hasta el momento, pero también ha habido más de un ejemplo. Yo me quedo con dos, de forma muy concreta: The Witcher 3 Wild Hunt y Metal Gear Solid V The Phantom Pain. Aunque el trabajo de CD Projekt RED es el de un mundo abierto de libro, que también arrastra ciertos problemas que espero que algún día puedan ser solventados, incorpora algo que sin duda va a convertirle en referente: la importancia mayúscula del guion en los contenidos secundarios, dando contexto y valor a todas las acciones que el jugador realiza dentro del mundo formen o no parte de la historia principal. En el caso del último trabajo de Kojima Productions en Konami, destaco la capacidad de haber creado un mundo tan orgánico, que evoluciona y se adapta a la forma de jugar del propio usuario. Ambos son ejemplos de obras que incorporan características que no habíamos visto hasta ahora dentro de la industria, y que sin duda van a variar la forma de desarrollar y valorar muchos de los futuros lanzamientos.
Si nos internamos en los desarrollos independientes, como no podía ser de otra manera, sí que encontramos más ejemplos de obras que han intentado ir un paso más allá variando todas las bases conocidas hasta el momento. En este caso yo me quedaría con tres ejemplos: The Beginner's Guide, Her Story y Undertale. En el juego de Davey Wreden se nos demuestra por primera vez que los videojuegos y su lenguaje propio también puede ser utilizado para mostrar los sentimientos del autor, que va narrando al jugador su propia experiencia personal como nunca antes había visto en ningún otro juego. Her Story incorpora una narrativa totalmente novedosa, convirtiendo al jugador en un investigador real y haciendo que la propia obra atraviese la pantalla, invitando al usuario a tomar notas o a utilizar herramientas externas a las que el propio juego expone. Undertale, por otra parte, descoloca al jugador creando un RPG pacifista, en la que el propio usuario es el que decide si matar o no a los enemigos después de haberse acostumbrado durante muchos años a seguir unas reglas que por el momento permanecían inalterables.
Puede que para algunos no sean innnovaciones suficientes, o simplemente no merezcan la pena por su manera de entender los videojuegos. Y también tendrá toda la razón y será totalmente respetable. Pero sí que es cierto que 2015 nos ha dejado muchas innovaciones y maneras de plantear algunas obras que sin duda van a afectar a desarrollos posteriores dentro de la industria, y que van a ayudar a que siga avanzando a pesar de que seguimos teniendo productos continuistas pero muy funcionales. Veremos qué nos depara el 2016, pero creo que tampoco sería muy justo destacar únicamente lo menos bueno de este año que ya se nos escapa.
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