UFC 2 entiende a las artes marciales mixtas
UFC 2 es la nueva entrega del simulador de EA Sports, que trata de trasladar a nuestras consolas el deporte que ya se ha convertido en uno de los espectáculos más seguidos del mundo. Su ingrediente más básico es también el más atrayente: mezclar en un solo ring a dos especialistas mundiales de cualquier disciplina de artes marciales, gracias a lo cual podemos ver sin problemas, por ejemplo, a un consumado profesional de Muay Thai frente a otro de Taekwondo, cada uno con sus técnicas, puntos fuertes y débiles.
Es cierto que si vemos cualquier show de UFC por televisión el nivel de espectáculo es diverso, ya que por un lado tenemos combates muy espectaculares con golpes por doquier pero por otro podemos observar enfrentamientos mucho más técnicos, pausados e incluso aburridos; pero así es el deporte y es una de las consecuencias de mezclar todas estas disciplinas. Lo bueno es que UFC 2 sabe plamar eso perfectamente en el videojuego gracias a su sistema de control.
A muchos les parecerá que UFC 2 es muy exigente y difícil de dominar, quizás en exceso, y tampoco se les puede quitar la razón. Pero en realidad, es una consecuencia normal e incluso diría que positiva si tenemos en cuenta que nos estamos enfrentando a un simulador, ya que el propio deporte en sí también es muy técnico y complicado de domar. En el juego tendremos que tener muy en cuenta en todo momento los movimientos del rival, casi más que los nuestros, en caso de que queramos vencer.
De nada te sirve elegir a un luchador muy potente, por ejemplo, si lo único que vas a hacer es golpear sin parar la cabeza del rival. El oponente pronto leerá tu táctica y procederá a realizar algo muy sencillo: protegerse de los golpes altos y conectar una potente ofensiva en cuanto vea que estás desprotegido para mandarnos a la lona. UFC 2 es un juego donde sí que se puede aplicar la máxima de que la defensa es igual de importante que el ataque, por ello en ocasiones también ocurrirá como en el propio deporte real: enfrentamientos pausados, donde hay más de estudio del oponente que de ataques en sí.
A algunos no les gustará este ritmo e incluso se frustrarán cuando en el multijugador, por ejemplo, se enfrenten a un rival que controla las defensas y no permitirá que se enganche ni un solo combo, aprovechando el cansancio del rival y los puntos desprotegidos que deja al atacar continuamente para enganchar golpes fuertes que acabarán rápidamente con el combate. También habrá quien nos lleve al suelo y haga que las rondas sean interminables entre llaves, sumisiones e intentos continuos del rival para que no volvamos a levantarnos. Pero eso no es culpa de UFC 2 ni de su ritmo, es consecuencia de las propias artes marciales mixtas, que son así, y me alegro de que se vea aplicado en el videojuego, por encima del espectáculo que hubiese dado ver otro tipo de planteamiento.
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