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The Vanishing of Ethan Carter me ha decepcionado

Esperaba otra cosa
Por Álex Pareja

¿Qué mejor manera de pasar una calurosa tarde de verano que con una aventura narrativa tan prometedora como The Vanishing of Ethan Carter? Esa fue la razón por la que compré la última edición del juego para PS4, que es la misma que ya pudo jugar todo el mundo en su día pero con algunas mejoras gráficas debido al cambio de motor utilizado (en esta ocasión Unreal Engine 4).

 

No sabía mucho del juego en sí, porque en cuanto vi el primer gameplay que nos mostraron hace tiempo supe que apuntaba buenas maneras y que iba a caer en mis manos tarde o temprano. Ya sabéis, un juego de este estilo es mejor que arranque con la menor cantidad de información en tu cabeza. Y oye, los primeros minutos no podían ser mejores. El juego no te ofrece ningún tipo de información, el escenario es enorme y precioso, el personaje actúa como narrador, el primer puzle (que es el que había visto en los vídeos previamente) es entretenido… pero amigos, a partir de ese momento la cosa no es como había pensado.

 

 

Antes de que os lancéis a mi cuello y me digáis que la culpa es mía y no del propio juego, me adelanto a vosotros para que el castigo sea más humillante: sí, la culpa es mía por esperar un tipo de juego que al final no ha terminado siendo. Pero oye, también tendrá algo de culpa el propio estudio cuando -bajo mi humilde y subjetivo punto de vista- nos están vendiendo algo que no es.

 

Para que me entendáis mejor, yo me esperaba una “experiencia narrativa”, que precisamente son las palabras que utiliza de forma literal el propio juego al comenzar la partida, para que el jugador sepa lo que va a encontrar a continuación. Pero es que The Vanishing of Ethan Carter no es una experiencia narrativa, o no al menos lo que yo entiendo como tal. Es un juego de puzles que tiene un contexto y una historia, que además es bastante regulera. Punto y final.

 

Esto me lleva a pensar en lo mal aplicados que están siempre las etiquetas y los géneros de los juegos, y de cómo los estudios independientes a veces se aprovechan un poquito de la situación. Para mí, crear un juego como The vanishing of Ethan Carter que no es ni mucho menos malo y tiene muchísimas aspectos positivos, pierde muchos enteros cuando me intentan ocultar en cierta medida la verdad, o cuando veo que acude a recursos típicos para rellenar la obra de desafíos en lugar de explotar esos campos de narración interactiva.

 

Puzle en The Vanishing of Ethan Carter

Toma un puzle típico para que te entretengas y puedas terminar de ver la historia

 

Claro que esperaba que el juego tuviese puzles y no fuese un simple “simulador de paseos” (que por cierto, es lo que más he disfrutado: las caminatas con los pensamientos del protagonista revoloteando por tu cabeza), pero me esperaba únicamente lo que habíamos visto: esas escenas de asesinatos donde debemos encontrar objetos, interactuar con el escenario y montar escenas al completo. Hay fases de ese tipo y molan, pero también hay muchos puzles (demasiados, para mi gusto) de un corte más tradicional y nada original que a mí me han sacado completamente de la experiencia.

 

En mi ignorancia durante la primera mitad del juego, al ver que al encontrarme con estos puzles podía “saltármelos” porque el escenario es abierto y tienes libertad para continuar si quieres, hasta me gustó. Vale, hay unos puzles típicos para conocer algo más de la historia (superé casi todos, de hecho) pero no dejan de ser algo opcional que sirve para ampliar la narrativa. Pero no, amigos, llegado un punto de la historia te obliga a superar todos para poder ver el final. En una “experiencia narrativa” lo último que me esperaba es que me exigieran superar puzles para poder ver la conclusión.

 

Antes de terminar, vuelvo a repetir: quizás la culpa sea mía por entender que el juego era de otra manera a la que yo pensaba y un hype algo excesivo no ha ayudado a descubrir que el juego aporta poco. Pero creo que denominar a The vanishing of Ethan Carter de una forma que no se ajusta del todo a la realidad, con la única finalidad de que aquel que lo vea piense que se trata de una obra diferente y súper original… es engañar un poco al personal. Una pena, porque el juego en sí está muy bien si sabes a lo que te enfrentas perfectamente, claro.  


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