The Order: 1886 hace una cosa bien
Todo el mundo ha puesto a parir The Order: 1886, aunque a nuestro Víctor Junquera no le decepcionó del todo. Debido a ello, a mi me dio curiosidad y tuve que hacerme con él para comprobar de primera mano si era tan terrible como se ha dicho y... sí, sí que lo es. No es que sea peor que Sonic Boom ni mucho menos, pero desde luego no es un juego con mucha imaginación ni que se juegue de formas novedosas
Sin embargo, debo destacar una cosa que me gustó mucho: el efecto de profundidad de campo que te hace ver a los enemigos que están más lejos como un pequeño manchurrón borroso, sobre todo cuando estás detrás de una cobertura sin apuntar. Puede parecer una tontería y muchos quizá lo encontréis molesto, pero yo soy muy fan de estos efectos que dificultan la visión.
Es algo que me encanta de los Battlefield, ver cómo el sol me impide apuntar o que una escopeta con una linterna me molesta a la vista, o que un puntero láser me distrae mientras apunto y eso da una ventaja al rival. No es la primera vez que me pongo con el sol encima como francotirador para cegar al enemigo y ocultar el brillo de mi mirilla, que es algo muy evidente en el horizonte y que es además otro de estos efectos que tanto me gustan. Realmente los gráficos pueden estar al servicio de la jugabilidad si se saben aprovechar.
Y ese es un punto a favor de The Order. Sí, puede que sus cabriolas gráficas no busquen ni mucho menos hacer más interesante la jugabilidad, pero el motion blur sumado a la profundidad de campo hacen que disparar sea un pelín más difícil y que para sacudir a un enemigo que está lejos en el escenario, tengas o bien que arriesgarte y moverte a otra posición o buscar un rifle con una mirilla ampliable.
Ojalá los videojuegos emplearan estas artimañas de los motores gráficos para incidir sobre cómo jugamos, porque es muy bonito verle los poros a un personaje, pero es mucho más bonito darse cuenta de lo bonito que es un juego porque al apuntar, un barrila de agua que ha estallado nos ha manchado la mirilla del rifle de francotirador y vemos peor, por mencionar un ejemplo que no está en ningún juego que conozca.
Sí que es verdad que tampoco vamos a abusar de estas cosas e implementar, yo qué sé, que te puedas resbalar con la sangre de un enemigo que acaba de morir, porque eso sería contraproducente; pero estos pequeños detalles que hacen los tiros a la cabeza más interesantes y satisfactorios de conseguir a mi al menos me encantan.
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