The Long Dark en Switch es un buen port con la mejor supervivencia de los últimos años
Era una de mis muchas deudas pendientes y quién me iba a decir que la iba a saldar en Nintendo Switch, a priori la peor plataforma en la que disfrutarlo. Desde el pasado 17 de septiembre tenemos disponible en la híbrida japonesa el port de The Long Dark, una obra que durante muchos años lleva considerándose uno de los mejores exponentes de supervivencia del medio. Y no me extraña nada: estoy disfrutándolo enormemente y eso que, como era de esperar, es el peor lugar donde disfrutarlo.
El port de Nintendo Switch es justo pero está bien, muy superior a esos otros casos dramáticos que por desgracia pueblan la consola y hacen que nos preguntemos cuál es la verdadera identidad que quiere encarnar. La tasa de imágenes por segundo es justa y tiene bajones, pero es suficiente para poder disfrutarlo sin dramas. La resolución y los detalles visuales también son inferiores al del resto de versiones pero, vuelvo a insistir, afortunadamente no es un título que viva solo de sus características técnicas. Si lo que te echa para atrás es un posible rendimiento malo, puedes estar tranquilo: The Long Dark en Switch es totalmente jugable y disfrutable. De lo contrario ya hubiese salido corriendo en busca de la verdadera supervivencia.
The Long Dark es una obra preciosamente cuidada, con intención, que sabe cómo exponer su historia y cómo enseñar al jugador que esto se trata de sobrevivir desde el primer instante y no va a haber ni una sola palmadita en la espalda. Hay que tener cuidado con la sed, con el hambre, con la temperatura corporal (y nos estrellamos con un avión en una montaña helada) y administrar bien las calorías, teniendo en cuenta los esfuerzos que hacemos y los recursos que tenemos en la mochila con los que poder recuperar fuerzas. Cuesta comprenderlo pero una vez que consigues asimilar todas las posibilidades es una auténtica gozada.
Además de este modo historia que funciona muy bien y que es fantástico para comprender hasta qué punto llega The Long Dark, cuenta con la posibilidad de empezar una partida simplemente para sobrevivir todo el tiempo que podamos. Desde cero y sin posibilidades, como si fuésemos Bear Grylls en uno de sus programas pero sin poder irnos a dormir a la cama de un hotel al terminar de hacer la función. Aquí hay que embarrarse, agachar el lomo para recoger ramas con las que intentar hacer un fuego, tratar de conseguir alimentos de donde se pueda, calentar y hervir la nieve para transformarla en agua potable...
Ahora entiendo por qué tenía esta deuda pendiente con The Long Dark y por qué merecía la pena saldarla. Nintendo Switch no es el mejor lugar donde jugarlo, probablemente sea el peor, pero teniendo en cuenta la cantidad de ports y sus calidades, me doy por satisfecho al poder disfrutarse por completo sin ningún tipo de problema. Si, como yo, tenéis esta deuda pendiente, quizás os apetezca hacer lo propio con esta versión que nos permite tratar de sobrevivir desde cualquier lugar... si es que podéis, porque mira que es complicado eso de vivir sin internet.
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