The Last of Us 2 utiliza a Abby para analizar en perspectiva a Ellie y Joel

 

He terminado The Last of Us parte II, y mientras ordeno las anotaciones y preparo mis guías para el MGPodcast + especial TLOU II para patronos, me confieso fan acérrimo de Abby y Lev. No deja de sorprenderme cómo Neil Druckmann consigue, a través de su gran tragedia griega con cordiceps, que nuestra lealtad vaya bailando de un lado a otro a lo largo de la aventura. Y es que músculos a un lado y rechinar de dientes por la forma de jugar al golf que tiene la muchacha al otro, lo que el señor Druckmann hace es jugar con todos los elementos a su alcance para decirnos algo muy sencillo: todos tenemos seres queridos que no queremos perder.

 

 

Abby y Ellie, Ellie y Abby

Tras 27 horas de partida hay cosas que me gustan y cosas que no pero no puedo menos que reconocer que lo que Druckmann y su equipo hacen bien, lo hacen de manera sobresaliente y lo saldan con matrícula de honor. La forma en que The Last of Us II juega con el jugador desde sus primeros compases para ir creando imágenes que luego se demuestran no ser las correctas merece, por méritos propios, todas las criticas positivas y emocionadas que ha logrado arrancar TLOUII a la prensa especializada. Así nos encontramos con una Abby que es imposible que te caiga bien: rencorosa, marchita, consumida por el odio, incapaz de sonreír... En los primeros compases e incluso más adelante cuesta controlar a este personaje. ¿Por qué perder el tiempo con ella?

Queremos seguir jugando con Ellie.

Porque Ellie es la buena.

¿No?

 

Con el paso del tiempo, según avanza la aventura, la percepvión va cambiando. Tras ese 'primer final' en el que todo parece solucionado pero no, la empatía cambia de bando y la lealtad posa su mirada en Abby y Lev. El papel de Abby y Lev es el de permitirnos tomar distancia y analizar con perspectiva las figuras de Ellie y Joel. Abby es el espejo en el que se refleja Ellie. Un espejo deformado en el que lo que menos importa son los músculos o si te la levanta. Lo que de verdad tiene peso en esta historia es ese concepto de la guerra personal, que al igual que la 'de verdad' no cambia nunca. Es fácil odiar a Abby hasta que empiezas a entender sus reflejos a base de paralelismos y flashbacks. Su papel como Ellie ansiosa de venganza con unos amigos que intentan acabar tan sólo con el objeto de su odio y no con toda la humanidad. Llega un momento en que la diferencia entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal se hace difusa, pero no es hasta su evolución como personaje que empiezas a plantearte tu lealtad.   

 

 

El papel de Abby y Lev en The Last of Us II

Hay un momento de inflexión en el encuentro de Abby con Lev y su hermana. Un punto de ruptura que se alarga hasta el regreso de Ellie a Santa Bárbara en busca de venganza. Abby se convierte en Joel por los mismos motivos por los que Joel se redime en el primer The Last of Us. Su preocupación por los dos jóvenes serafitas acaban por conseguir que rompa con la sociedad. La muerte de sus seres queridos hacen que sea más sencillo abandonar su pasado junto a una WLF cuyo enfoque se demuestra, una vez más, equivocado. La masacre de serafitas y lobos no es más que un repaso rápido al viaje de Joel y Ellie en el título original. Comparten el mismo mensaje de base: somos nosotros contra el mundo, porque ya no tiene sentido seguir las reglas de un bando que, como todos los extremos, es tan malo como su reverso. 

 

TLOUII es una tragedia griega, un drama que podría venir firmado por William Shakespeare no por la forma en que está escrito, sino por esa sobreexplotación de la fatalidad, de lo que tememos que ocurrirá y no queremos que ocurra. Druckmann consigue así que empaticemos con ambos bandos obligándonos a realizar acciones que no deseamos que nuestros personajes lleven a cabo. Crea una rueda de violencia, venganza y muerte que parece condenada a no parar nunca. Al final, mucho después de los créditos finales, es imposible no tener la sensación de que todo podría haber sido 'mejor'. Como en Casablanca o Romeo y Julieta, sientes esa necesidad de cambiar la historia, de buscar alternativas al guión para conseguir el final que te habría gustado como jugador. 

 

Y es ahí donde está lo que TLOUII hace tan bien. En su forma de reflejar lo que sucedió con una nueva perspectiva que te hace entenderlo todo mucho mejor que una cinemática o un diálogo forzado al final del juego. Los Últimos de Nosotros cobra sentido al convertirse en algo que ya no es la historia de Joel ni la de Ellie, sino la crónica de un mundo que bien podría ser este y que lo que busca al final no es el futuro, sino la extinción de todos los enemigos hasta que no quede ni un solo ser humano sobre la faz de la tierra. Esto ya no va de buscar una cura frente a unos infectados que hace mucho que dejaron de ser el problema, sino de tomar el camino difícil y dejar de luchar, alejarse de todo y buscar un nuevo destino en el que prosperar. Joel y Ellie lo intentaron, pero Ellie fue incapaz de pasar página. Ahora les toca el turno a Abby y Lev.

 

¡Nos leemos!

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