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The Last Guardian está terminado

Lo que tenga que ser será
Por Julián Plaza

Permitidme un paralelismo. En la década de los 60 un grupo de cineastas removió la visión formal y academicista del séptimo arte dando lugar a lo que hoy conocemos como el cine de autor. El prisma particular del director tomó fuerza y le dio al espectador algo tan importante como la libre interpretación; la elocuencia y los finales felices, desde entonces, tuvieron que convivir con otro tipo de obras más abiertas a la experimentación.

 

Salvando las obvias distancias, el videojuego cuenta con figuras que parten del mismo patrón que Kubrick, Haneke o Polanski: autores con la oportunidad de transmitir su particular obra a una audiencia global. Shinji Mikami, Tim Schafer o Fumito Ueda estarían dentro de ese saco del que, en mi humilde opinión, salen producciones que se alejan de los estándares y objetivos de un superventas. Por eso me alegro de que The Last Guardian ya sea Gold.

 

Érase una vez en mayo de 2009

 

La obra que en 2005 se empezó a gestar en la mente de Ueda se ha materializado 11 años y 2 generaciones después. El nipón quiso extender la relación de Wander y Agro en Shadow of the Colossus y llevarla a un nuevo nivel con un videojuego que en 2009 se nos sería presentado como The Last Guardian. Su desarrollo oficial se inició en 2007, había motivos para verlo llegar a la séptima generación y, siendo exclusiva de PS3, todo debía ir bien. Y llegó abril de 2011.

 

El juego previsto para verano se retrasaba sin nueva fecha en el que supuso el inicio de la agonía a nivel mediático. Se esfumó del Tokyo Game Show, se habló de problemas técnicos y Ueda dejó su cargo en Japan Studio. Llegados a 2013 y con una PS4 que asomaba la cabeza, Yoshida salió en el E3 para hablar de un desarrollo todavía en activo,  pero los años se iban sumando. Llegó 2014, el mismo director de Sony Worldwide Studios daba la cara en la Gamescom: ‘no esperéis nada en el TGS’. El barco flotaba, pero a la deriva.


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La cara del pobre Shuhei a cada pregunta sobre el juego

 

Los Angeles 2015. El que para muchos ha sido el E3 de los sueños supuso el resurgir de juego. El tráiler partía con una pluma en descenso vertical hasta el cuerpo de Trico, mientras el mensaje ‘dirigido por Fumito Ueda’ aparecía en pantalla. Simbólicamente, era como el renacer del fénix. Los aplausos, la incredulidad y alguna que otra lagrimilla se hicieron patentes en la red: teníamos fecha y era 2016. Obviamente, PS3 se apartaba para que su hermana mayor se encargase del título.

 

Se echó carbón a las máquinas y tuvimos nuevo gameplay, otro E3 y el anuncio oficial de que el juego llegaría el 25 de octubre. Pero todas las grandes travesías tienen un bache final y, por suerte, el de esta vez parece pequeño. En septiembre conocíamos que octubre pasaba a ser diciembre y el día sería el 6. Ahora ya es oficial, The Last Guardian es Gold y termina uno de los procesos de desarrollo más angustiosos del videojuego. ¿Qué saldrá de todo ello? Tenemos algunas pistas.

 

Y así se volvió a soñar

Los que lo han podido probar hablan de un Trico que se siente real, pero que en los primeros compases del juego se toma su tiempo en obedecer. La cámara se ha puesto en duda, parece que en entornos cerrados funciona peor. Lo que sigue estando ahí es ese diseño por sustracción en el que todos los elementos del juego cumplen con un propósito funcional. Lo que tampoco se ha perdido, es ese nosequé que transmite la relación entre los dos protagonistas del juego: esa visión de autor.


Independientemente del resultado final, para muchos el estreno del juego ya supone un éxito. Lo es porque esta industria siempre necesitará figuras como la de Ueda que sirven como pausa en el camino. Lo ideal sería que no existiesen las retrospectivas relatando el periplo del juego hasta ver la luz, lo surrealista es creer que un desarrollo no tiene baches. Lo importante, también, es que si hay que escribir sobre esto es importante que termine así: con un juego que verá la luz. Por muchos disgustos que nos haya dado, aunque duela, es algo que celebrar.


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