The Evil Within 2 y las referencias que lo mejoran
Todavía no he terminado The Evil Within 2 pero hay algo que puedo afirmar con toda seguridad: su planteamiento es radicalmente distinto al del original. A esa exposición más lineal y claustrofóbica del primero, mucho más cercana a Resident Evil 4 debido a la dirección de Shinji Mikami, la ha sustituido un acercamiento más ‘libre’ apoyado en la exploración, sin llegar al mundo abierto pero tomando apuntes de aquellos puntos fuertes del género.
Hay muchos grandes nombres que me vienen a la cabeza al jugarlo, algunos como referencias directas y otros como fuente de ideas prestadas que, aplicadas con tino, están haciendo que esta secuela sea mucho más atractiva en todos los sentidos comparada con el original. Como de costumbre, a vosotros quizás os sonarán otros títulos, pero esta es la lista de referencias que creo que ha elevado la obra de Tango Gameworks a un nuevo nivel.
Empezamos por Silent Hill 2, el que para muchos sigue siendo el enemigo a batir en cuanto a videojuegos de terror se refiere, una obra de la que The Evil Within 2 toma varias ideas. En la obra de Team Silent el objetivo principal del protagonista es conocer el paradero de un ser querido que creía muerto; una premisa que se toma al pie de la letra en el caso de Sebastian Castellanos a excepción de un pequeño cambio: el parentesco con dicha persona. Puede parecer un tributo, pero atendiendo a que ambas producciones terminan versando sobre la psicología y los conflictos internos de los personajes que controlamos, me parece algo más que deliberado. ¿Quieres ser como los mejores? Cópialos.
Pero esa fijación no termina ahí, también puede verse en Union, el primer lugar en el que se nos suelta de las manos. Sus similitudes con la localidad de Silent Hill son más que evidentes, ya no solo porque accedamos a él recorriendo una larga carretera de montaña sino porque también regresan las vías cortadas con el asfalto viniéndose abajo y las estructuras fuera de toda lógica. Es una carta de amor al juego de Konami. Más allá del juego del que toma más referencias, hay otras producciones cuyo planteamiento ha ayudado a conformar la exploración semiabierta de The Evil Within 2. Una de ellas es State of Decay, un survival basado en establecer refugios y en el rastreo de cada pequeño escondrijo en busca de recursos que aquí ha sabido salpicar bastante a nuestro protagonista.
Y es en la exploración donde encontramos al siguiente título tenido en cuenta: The Last of Us. Aunque la tosquedad de las mecánicas del juego de Tango Gameworks lo deje un puntito por debajo, esa cámara pegada a la espalda, esa gestión minuciosa de la munición, ese rastreo de cada casa abriendo cajones y ese sigilo aparatoso -hay algunos enemigos que chasquean y que debes atacar por detrás para eliminarlos- beben directamente del juego de Naughty Dog. Por último, la franquicia que no esperaba encontrar referenciada en el juego que hoy nos ocupa es Dead Rising, pero ese mapa con distintos puntos que explorar y esas armas como recompensa, donde algunas tienen que ser reparadas, me sabe bastante a las aventuras de Frank West.
Lo mejor de todo lo dicho es que The Evil Within 2 sigue sabiendo ser él mismo. La exploración con pequeños tintes de verticalidad sigue conduciendo a situaciones angustiosas, a trampas que no esperabas, y cuando la trama pasa a estar en primer plano se percibe la seña de identidad que encumbró al primer juego, perfeccionada y revisada. Además, los objetivos secundarios están bien gestionados y nunca se acumulan ni amontonan. Por ahora estoy ante un juego que ha sabido adaptar buenas ideas de varios títulos a su propuesta sin que la misma pierda su esencia; no es algo fácil de conseguir.
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