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The Elder Scrolls Online y su particular feria medieval

Qué difícil es creer
Por Rafa del Río

Esto no es un análisis. El análisis vendrá este finde, y en él hablaré deljuego,de sus virtudes y sus defectos,de todo lo grande que esconde y todo lopequeño que asusta. Lo de hoy es, por tanto, fruto del ataque de nervios que sufro cada vez que pongo The Elder Scrolls Online Tamriel Unlimited y, tras una intro que me asegura que voy a jugar a un nuevo episodio diferente de The Elder Scrolls, la partida continúa y me recuerda en los primeros minutos que esto es más bien un parque de atracciones ambientado en la saga inmortal de Bethesda.

 

¡Quiero creer!

Pero el maldito universo de ese Tamriel Ilimitado me lo pone puñeteramente difícil. Los primeros compases del juego te lo deja bien claro: 'Hermano, esto sólo va a funcionar si pones de tu parte', y creedme, hay que poner mucho, pero mucho de nuestra parte, porque The Elder Scrolls Online es como un WoW con look Bethesda, y eso, desde sus primeros instantes, queda especialmente raro.

 

The Elder Scrolls Online Tamriel Unlimited no es un nuevo episodio de la saga. Es un juego completamente diferente, más cercano al mencionado War of Warcraft o al extinto Phantasy Star Online, lo que significa que todo lo que ha hecho grande a la saga en sus entregas desde Morrowind: la exploración, la interiorización de la historia y el viaje solitario en busca de una nueva sorpresa, brillan por su ausencia en esta ocasión.

 

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Quiero creer pero no puedo porque, como digo, nada más empezar a jugar, una vez terminado el gestor de creación de personaje, el juego empieza con la rutina de 'corramos como perras y matemos a todo lo que se mueva'. 'Nada importante, será cosa del principio', te dices. Entonces pasan un par de cosas, vuelves a Tamriel, a Daggerfall más concretamente, y el espectáculo deprimente se interpreta ante tus ojos.

 

Bienvenidos al mercadillo medieval, turistas

Daggerfall es un mercadillo medieval o un parque temático en el que los PnJs hacen de actores contratados por la empresa de turno para intentar que entremos situación y pensemos que, realmente, estamos en Tamriel. Lamentablemente, el resort está lleno de turistas como nosotros que corretean de un lado a otro, atacan a los guardas sin motivo, intentan subirse a los tejados -si no lo consigues las diez primeras veces, ¡deja de intentarlo!-, van en cuclillas por en medio de la calle intentando robar a todo el mundo o, directamente, cruzan la plaza cabalgando una montura negra como la noche que echa fuego por ojos y cascos y que en medio de ésta feria medieval resultan ridículos y absurdos. 

 

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¡¡Dinos cual es nuestra misión, Neeeo!!

 

Lo intentas y empiezas el juego,pero es imposible entrar en situación cuando hablas con el posadero de turno para que te diga tu misión y, mientras, ves que la gente se arracima a su alrededor con el mismo motivo o se sube a las mesas porque ya están en medio del corrillo. La sensación que te da es la de cuando de pequeño venía el tipo que repartía álbumes de Panini gratis para promocionar la venta de cromos y era sumido por la marabunta infantil hasta desaparecer para siempre entre chillidos de '¡dame cinco que tengo tres hermanos!' -las matemáticas no eran lo nuestro-

 

Cumples un par de misiones acompañado de otros jugadores que se cargan a los enemigos -que aparecen ahí, como de repente- a base del 10 contra uno. Cuando finalmente te cansas, aunque sigas en nivel 5, aunque tú y tu equipo seáis unos mierdecillas, te da el siroco y te vas al campo. Uf, al fin, tranquilidad, nadie a tu alrededor excepto tipos corriendo, una parejilla detrás de los arbustos bailando en 'innombrables' -verídico-, enemigos intermitentes y, por supuesto, el tío del caballo de fuego intentando saltar un árbol. ¡¡Que no puedes, imbécil!!

 

funny

 

Finalmente encuentras una cueva oculta en medio de la nada, un maldito dungeon y nadie a tu alrededor. ¿Será posible? Entras, te acuclillas para poder revivir los viejos tiempos a los mandos de aquel fastuoso Elder Scrolls offline, equipas tus dagas y te preparas para saquear quién sabe qué tesoros... Y justo en ese momento pasa alguien al lado tuyo. No pasaría nada si no fuera porque lleva el micro abierto y escuchas a un niño llorando y a una pareja hablando de hacer nosequé en las vacaciones de verano... Y te pones de pie, te quitas la ropa y te pones a bailar sensual, a lo Guardia Rojo, porque llegados a este punto has perdido tu cordura y has decidido que The Elder Scrolls Online Tamriel Unlimited es uno de esos juegos que no hay que tomarse en serio. Ahora ya sólo te falta buscar uno de esos puestos de granizados y una máquina de esas de aplastar céntimos con la figura de un elemental de fuego o un Atronach, y la experiencia turística de Tamriel será completa. 

 

¡Nos leemos!


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