The Division. Muchas ganas de ver más

La Gamescom ya está aquí. La Gamescom ya llegó. La feria tiene cositas nuevas que anunciar, pero también seguir enseñando cosas que ya conocemos. De lo que hemos visto evolucionar últimamente, de lo que más ganas tengo de saber más es The Division. Aunque más por miedo que por curiosidad.

 

En mi cabeza, Ubisoft ha creado un peligroso precedente con Watch Dogs, el de plantear un proyecto interesantísimo pero lapidarlo a base de malas decisiones hasta que no me interese ni un pelo comprarlo. Cuando se anunció el videojuego del hacker me corrió, como creo que nos pasó a muchos, una emoción loca por el cuerpo. ¿Un sandbox que te permite usar la ciudad como arma? ¿Un título de mundo abierto que explora en los ciudadanos que caminan contigo? Cómo no emocionarse. Pero claro, luego pasó esto y lo otro, y el juego se quedó en un chof.

 

Con The Division, tras el vídeo del pasado E3, y ya receloso de los proyectos potentes de la compañía, el temor del downgrade gráfico planeó sobre la conferencia; y ya ves tú, a mí que eso, en el fondo me da igual. Dark Souls II tuvo uno tamaño orco y lo disfruté a niveles olímpicos. Pero el problema no es el downgrade, sino lo que viene con él.

 

 

Es la mentira, la destrucción de la ilusión; como un trailer que no consigue satisfacer con su videojuego lo mostrado (Hola, Dead Island, ¿todo bien?), pero estos por lo menos se aseguran de descubrirnos que la jugada maestra de primer teaser fue por llamar nuestra atención. Y nada más. Sin embargo, Watch Dogs fue como una esperanza que se apaga tras brillar muy fuerte, ¿ocurrirá lo mismo con The Division?

 

Esperemos que no. Esperemos que esta bajada de calidad en el aspecto del juego, de haberlo realmente, se quede ahí y no decida saltar al resto de los apartados del juego, cargándose la jugabilidad a ritmo de mordisquear la inmersión en el título.

 

Ubisoft ya ha confirmado que se jugará en vivo en su versión de Xbox One, la prueba definitiva (o no) de comprender si el proyecto sigue con el maravilloso aspecto, y conserva las promesas con las que nos enamoró a tantos en el día de su presentación.

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